miércoles, 18 de septiembre de 2013

El Gran Lebowski



Vi esta película durante mi época anti-comedias. Sí, tuve una racha en la que consideraba a la comedia un género menor que rara vez conseguía hacerme reír. Por suerte hace tiempo que cambié el chip y me di cuenta de que esa forma de pensar es de idiotas, pero en cualquier caso El Gran Lebowski consiguió hacerme llorar de risa incluso durante aquella época. 

Que los Hermanos Coen son unos cineastas peculiares es algo indiscutible, y que da igual el género que traten porque siempre le darán su toque especial e inconfundible. 
Antes de El Gran Lebowski ya tocaron la comedia en Arizona Baby, pero pese a ser dos películas del mismo género y hechas por los mismos creadores, no se parecen en nada.
Arizona Baby es algo así como una película de dibujos animados llevada a la imagen real, llena de exageración, golpes, explosiones y locura, pero El Gran Lebowski se aleja de todo eso y toma caminos más cercanos al thriller, con un tono más comedio y menos caricaturesco. 
Un momento, ¿qué estoy diciendo? ¿comedida? ¡Y una mierda! Vale que El Gran Lebowski es menos caricaturesca que la anterior comedia de los Coen, pero de comedida tiene lo que yo de cura. 

Hablar del tono de ésta película es algo complicado, ya que considero que resulta inclasificable. Por un lado tenemos una parte de comedia pura y dura, con toques absurdos y diálogos absolutamente geniales y descacharrantes, pero por otra parte existen en la historia ciertas reminiscencias y momentos "inquietantes" que, igual voy a decir una locura, pero me recuerdan poderosamente al David Lynch de Terciopelo Azul o Twin Peaks. Sé que es complicado de asimilar esto que acabo de decir, pero desde el primer visionado de El Gran Lebowski me pareció  una película con un toque misterioso y extraño que la convierte en una comedia aún más rara. 
Por una parte tenemos un misterio que debe ser resuelto, y que hará que los protagonistas se vean envueltos en situaciones de lo más variopintas, peligrosas e incomprensibles. 
Otra cosa que no faltan son los personajes marcianos. Creo que, salvo el personaje de Steve Buscemi o el protagonista, El Nota, no hay ni un sólo personaje que no sea como mínimo excéntrico. 
Y luego están los momentos oníricos, que obviamente no tienen el carácter pesadillesco de Lynch, pero bueno, ahí están. 

Que esta película tenga cosas en común con el cine de David Lynch es sólo una teoría mía, porque la he visto tantas veces que la sobreanalizo, y mira que es algo que detesto hacer... 
De lo que no cabe duda es de que El Gran Lebowski es una de las comedias más peculiares y divertidas que jamás podrán verse, y que se ha convertido por méritos propios en un filme de culto con religión propia incluida. 
Los personajes principales son todos puro carisma, empezando por El Nota y su inseparable compañero  de fatigas Walter (dos tipos totalmente opuestos que, aún así, se quieren. Uno, un agresivo y trastornado veterano de Vietnam; el otro, un hippie pacifista que sólo quiere vivir en paz y que no le toquen los huevos), o Donnie, ese pobre personajillo al que nunca dejan hablar, y que cuando consigue articular alguna palabra es ninguneado y mandado a callar. 

Pero es que incluso los personajes secundarios son geniales: Jesús, que posiblemente no aparezca más de 2 minutos en pantalla y aún así ha conseguido convertirse en uno de los personajes más recordados y graciosos de la película, sin contar su mítica escena de presentación a ritmo de los Gipsy Kings.
Los nihilistas, una banda de delincuentes-músicos o lo qué coño sean. Tipos que actúan raro, visten raro y que posiblemente ni ellos mismos sepan lo que quieren. 
Otro personaje que apenas aparece en pantalla es el policía que entrega a El Nota su coche desaparecido, pero sus escasos segundos en pantalla me provocaron no pocas carcajadas. 
Y así podría enumerar a todos y cada uno de los personajes que aparecen a lo largo del metraje, pero sé que no queréis que os dé la chapa. Todos son puro carisma, como la propia película. 
Una comedia redonda en la que confluyen una serie de elementos que la convierten en, no sólo única en su género, sino también buenísima y terriblemente divertida. Y es que cuando juntamos a un reparto de lujo (Jeff Bridges, John Goodman, Steve Buscemi, John Turturro, Philip Seymour Hoffman y Julianne Moore), un guión atípico, con ritmo y perfectamente ensamblado, unos momentos cómicos que se quedan grabados en el coco, unos personajes carismáticos e inolvidables, por muy poco que aparezcan en pantalla, y una banda sonora repleta de buenas canciones, el resultado tiene que ser forzosamente una película sobresaliente, y así es. 

8 comentarios:

  1. Me encanta esta peli. Una de mis comedias favoritas de todos los tiempos.

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    1. Ya somos dos entonces :D he perdido la cuenta de las veces que la he visto

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  2. Esta película es algo especial,de lo mejor que una persona puede disfrutar, en cuanto a situaciones hilarantes, yo me quedo con cuando van a hacer la entrega y Walter salta del coche en el puente.

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    1. Sí, es un momentazo. Realmente no sabría decirte cual es mi escena favorita, porque todas, absolutamente todas, tienen algo remarcable.

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  3. Una comedia descacharrante con un reparto de lujo. Una pena que últimamente apenas se hagan pelis de este estilo (y las que se hacen suelen ser, por lo general, bastante mediocres).
    Saludos!!!

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    1. Yo estoy seguro que si se hiciera una comedia como esta hoy en día, no iría a verla ni Dios. Así de especial es el público: se queja por la falta de originalidad, pero tampoco ponen interés en ver cosas nuevas y atípicas.
      Un saludo!

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  4. Que tal Dr. Gonzo!
    Poco puedo añadir, lo has explicado estupendamente. Una peli grande en todos los aspectos. Me quedaria con la escena de Turturro en la bolera con los Gipsy King sonando de fondo...
    Un saludo!

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    1. Rara vez una escena tan absurda y breve se había convertido en algo tan mítico, y lo mismo se podría decir del personaje de Jesús.
      Un saludo Fran!

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