lunes, 20 de diciembre de 2010

Balada triste de trompeta



Me gusta cuando voy a ver una película con las espectativas altas y, al salir del cine, estas siguen intactas.
Es lo que me ha pasado con balada triste de trompeta, la última y más madura película de Alex de la Iglesia, uno de los más grandes directores del cine patrio.

Esta balada comienza de forma arrolladora, en un escenario tan español como lo es la Guerra Civil y la profunda herida que esta dejó en el pais. Hay quien dice que la Guerra Civil española es un tema muy trillado, pero ¿cuántas películas americanas hay ambientadas en la Segunda Guerra Mundial? Muchas, lo sé... y nadie se queja.

Luego, De la Iglesia nos deleita con unos tétricos títulos de crédito al son de la música compuesta por Roque Baños, claramente inspirada en la típica música de Semana Santa.


Después tenemos todo un festín de groserias, esperpento y violencia. Una grotesca historia de amor en la que dos payasos muy distintos entre sí (o no) se disputan el amor de una guapa trapecista.

Como telón de fondo tenemos una España rota por el régimen Franquista y la cada vez más cercana trancisión. ETA y el atentado contra el presidente del gobierno Carrero Blanco. Ese imponente Valle de los Caidos, alzándose para recordar a los españoles quienes somos y qué hemos hecho.
De la Iglesia conoce estos asuntos, pero no pretende enseñarnos algo realista. Quiere que veamos España a través del fondo de un vaso, ese que usó Valle Inclán para mostrarnos una realidad deformada.
Todo un puñetazo en las tripas a las dictaduras y a esos años rancios que ya, por suerte, quedan en el pasado. Eso si, la herida sigue abierta.


Pasando al tema técnico, resulta casi impecable de no ser por alguna escenita cantosa. La fotografía es espléndida, y las interpretaciones de Areces y Antonio de la Torre (en especial este último) son dignas de Goya. Carolina Bang... normalita tirando a mediocre.

Estamos ante una película española que se aleja de todo lo que hemos visto antes. Fellini, Saura, Tarantino, Burton, todos en esa licuadora que es la mente de Alex de la Iglesia, el cual debería firmar más guiones, visto lo visto.
Y no exagero si digo que, personalmente, me parece la mejor película que hay en cartelera, y una de las mejores de este moribundo año 2010.

Por mencionar algún fallo, sólo decir que el mayor problema de esta película es que la sacas de España y los espectadores sólo captarán una pequeña parte de lo que Balada triste de trompeta quiere reflejar.
Hay que ser español para entenderla y, sobre todo, sentirla.

3 comentarios:

  1. Me has dejado con la intriga de las escenas cantosas. Y últimamnt me dejas con la intriga en todo eh!

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  2. La verdad es que sí, una de las mayores virtudes que tiene esta película es que es española, y no porque se halla hecho en España, sino por su esencia.

    Por cierto, ¡me encanta que te encante el cine español! :P

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  3. Hola Bea! no sabia que me habias escrito, es que llevo un tiempecillo ausentado del blog, a ver si lo retomo y tal.

    Y si, el cine español es fantástico. Tiene sus truños, igual que el cine americano, solo que con nuestro cine somos mas duros. Si sale una peli mala, ya decimos que todo el cine español es malo, y no deberíamos generalizar.

    Un saludo y gracias por pasarte por mi blog. Espero verte mas por estos lares!

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