Cuando vi por primera vez el trailer de esta película pensé que su único recurso cómico sería enseñarnos a Will Ferrell hablando en español durante hora y media aproximadamente, y mis temores se acentuaron más aún cuando leí ciertas reseñas que la acusaban precisamente de eso.
No obstante, la película tenía una estética que me llamaba mucho la atención, así que, como siempre hago, ignoré las críticas y la vi.
Lo primero que hay que decir es que Casa de mi padre sigue esa vertiente de comedias marcianas que ya pudimos ver en títulos como El reportero: La leyenda de Ron Burgundy, Hermanos por pelotas (las pelotas se las arrancaría yo al que le puso ese título en España, por cierto) o Los otros dos (película que, pese a que todo el mundo la pusiese a parir, yo me reí de lo lindo con ella), por lo tanto, es más que probable que mucha gente no se digne ni a sonreír con los anti-chistes de este tipo de películas, pues hacen gala de un humor extraño, en el que la gracia está en que no hay gracia. No existe el chiste arquetípico, sino que casi todo gira alrededor de momentos absurdos, silencios, miradas, comentarios...
Casa de mi padre ha sido vendida como un homenaje a las telenovelas latinas, pero por suerte para todos nosotros, salvo en la forma de hablar de los personajes no encontraremos más referencias a estas insoportables telenovelas, y es que Casa de mi padre es más un cruce entre el cine de mafiosos (mejicanos en este caso) y el spaguetti western, además de una comedia bizarra, claro.
Todo ello aderezado con una estética grindhouse que incluye garrafales errores de raccord, efectos especiales cutrísimos, errores de imagen y cartulinas pintadas a modo de fondo.
Todo ello hecho a conciencia, por supuesto.
Y luego está, cómo no, el reclamo de ver a Will Ferrell hablando y cantando en español, sin tener ni puta idea de lo que está diciendo ¡con dos cojones! Cada día me gusta más este tío y las películas en las que aparece (salvo algunas insufribles excepciones).
¿Recomendaría encarecidamente Casa de mi padre? Por supuesto que no, queridos amigos, pues soy consciente de que mis gustos para la comedia son un tanto peculiares y me río con cosas que a los demás no les hacen ni pajolera gracia (y a la inversa), pero si buscáis una comedia diferente y marciana, y por qué no decirlo, con muy buenos momentos, entonces sí os pediría que le dieseis una oportunidad.
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