jueves, 4 de abril de 2013

Fase 7


¿Qué pasa si a [REC] le quitamos los zombies y dejamos únicamente la idea del bloque de pisos puesto en cuarentena por un brote vírico? ¿Cómo reaccionaria la gente que quedase encerrada? ¿Qué medidas tomarían? ¿Llevarían bien la cuarentena y les entraría el pánico? 
Justo eso es Fase 7, un film argentino realizado por Nicolás Goldbart (que no ha vuelto a dirigir nada de momento), nos cuenta las consecuencias de una misteriosa epidemia en forma de virus letal que afecta a prácticamente todo el planeta. Algo muy similar a lo que narraba la estupenda Carriers, pero desde un punto de vista minimalista, sin grandes paisajes desolados e interminables carreteras desiertas, y con bastante humor (aunque por alguna razón esperaba más).

La historia parte cuando un bloque de pisos es declarado en cuarentena por las autoridades para evitar que el virus siga propagándose, hecho que dará lugar a un enfrentamiento entre vecinos, y cuando hablo de enfrentamiento no me me refiero a peleas y gritos, sino a cartuchazos y asesinatos. 
Obviamente esto no es así de primera hora, sino que la tensión y la paranoia van elevándose poco a poco, hasta dar lugar a terribles consecuencias. 
Y es que la combinación de vecinos es más que propicia para provocar un pequeño apocalipsis en el interior de ese piso; por un lado tenemos a los vecinos cotillas y chismosos que se meten en lo que no les importa. Luego está el ancianito que parece normal pero que de puertas para adentro es una persona completamente diferente (y letal). Por supuesto no puede faltar el conspiranoico con suficiente arsenal y medios en su piso para sobrevivir a una holocausto nuclear. Y nos queda la parejita normal y corriente que va a lo suyo pero irremediablemente se ve metida en mitad del embolao, puesto que en una situación así, y en un espacio reducido, es imposible que no te acabe salpicando la mierda de una forma y otra.

La película cuenta con una buena dosis de paranoia al estilo La invasión de los ultracuerpos, así como con ciertas pinceladas gore y muchas notas humorísticas (repito, no hay tanto humor como pensaba en un principio. De hecho, hay momentos de cierta crudeza), todo ello aderezado con un buen trabajo de dirección y una banda sonora que evoca los sonidos sintetizados de los 80.
En gran medida Fase 7 es un western en toda regla, con tiros, frases lapidarias, bandidos y tensión. Diría incluso que, si le quitamos todo el humor, sería la película de virus y pandemias que Sam Peckinpah hubiese hecho en los 70. 

En Fase 7 hay varios elementos dignos de ser recordados. Uno de ellos sería es el personaje de Horacio, magistralmente interpretado por el gamberro humorista argentino Yayo, y el de Zanutto, encarnado por Federico Luppi. 
Otro asunto a tener en cuenta es el trabajo de dirección, regalándonos planos y momentos estupendos, como ese en el que los dos protagonistas (muy torpes ellos) son descubiertos por culpa de su reflejo en un espejo, o la magnífica y tensa secuencia en el aparcamiento, en la que la única fuente de iluminación  es uno de esos tubitos fosforescentes.

En definitiva, una gran película que debería haber tenido muchísima más repercusión de la que tuvo. 

2 comentarios:

  1. Me alegro que te gustara compañero

    Curiosamente hace poco se la hice ver a mi novia (que desconocia la existencia de esta peli), y al igual que a todos los que se las hago ver, les gusto

    En Argentina sorpresivamente se mantubo dos meses en cartelera, todo por el boca a boca, ya que se le dio nula publicidad en los medios

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    Respuestas
    1. Sí, es que es la típica película que tiene éxito gracias al boca oreja (que es publicidad gratuita), ya que nadie más confía en ella.
      Lo mismo pasó aquí en España con Extraterrestre, con la que Fase 7 guarda algunas similitudes.

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