lunes, 18 de noviembre de 2013

En las montañas de la locura


Cuando el amigo Guillermo del Toro dijo que abandonaba la adaptación al cine de la novela de H.P Lovecraft porque se acaba de estrenar Prometheus y ésta era un calco al libro, me quedé con la intriga de si realmente se parecían tanto. Como por aquel entonces no tenía el libro, no pude leerlo, pero hace  unas semanas me hice con él y ya está leído. 
Mi opinión es que el parecido es evidente, y que la película juega con varios conceptos que aparecen en la novela (la presencia de una cordillera montañosa gigantesca, restos de una civilización desconocida creadora de vida, el peligro al que se exponen los protagonistas por meter la nariz donde no deben, etc), pero todo está muy diluido y lleno de diferencias, así que no creo que nadie pueda decir que Prometheus es una adaptación encubierta de En las montañas de la locura. Lo que sí es cierto es que se parece lo suficiente como para que, si a Guillermo de Toro le hubiera dado por rodarla y estrenarla relativamente poco después de Prometheus, hubiese sido comparada hasta la saciedad, y obviamente no habría faltado el típico "listo" que la habría acusado de ser un plagio. ¡Ay, los listos! 
Bueno, esta es mi opinión sobre aquella polémica levantada en su momento. Ahora voy a hablar de la novela en cuestión.

En las montañas de la locura, que como ya dicho antes es lo más parecido a una novela que escribió Lovecraft, es difícil de leer, especialmente si es tu primera vez con éste autor. De hecho, si alguien quiere iniciarse en el mundillo Lovecraftiano, nunca le recomendaría empezar por este trabajo suyo. Primero porque se hacen alusiones a Cthulhu y al Necronomicón, y si no has leído nada de Lovecraft es posible que no sepas de qué te están hablando. Y segundo porque es una lectura muy densa y lenta, más de lo normal en Lovecraft, así que los lectores primerizos quizá se frustren un poco. 
La historia nos narra las aventuras de un grupo de exploradores que casualmente encuentran una antiquísima ciudad perdida en la Antártida. Una ciudad que guarda terribles secretos y peligros cósmicos. 
Me encanta Lovecraft y es uno de mis autores de cabecera, pero admito y reconozco sus fallos como escritor. Uno de esos fallos es el abuso del adjetivo indescriptible. A veces está bien para dejar a la imaginación del lector ciertas cosas, pero en otras ocasiones da la sensación de que a Lovecraft no le sale de los cojones describir algo por pura pereza, y ala, ahí tenéis una criatura indescriptible. Buscaos la vida, fans. 
Pero irónicamente, por otra parte, y concretamente en esta novela, en ciertos momentos abusa de la descripción. De verdad, no puedo con esas descripciones interminables. Me gusta que se usen poquitas palabras y que se sea directo, porque si te pasas cinco puñeteras páginas describiéndome cómo es la fachada de un edificio, al final conseguirás justo lo contrario: que no tenga ni idea de cómo es el edificio, ya que me has dado tantísima información que todo ha terminado deformándose en mi cabeza. 

Y ahora lo bueno, que no es poco. 
Algo que me ha llamado mucho la atención es el trabajo de documentación que tuvo que hacer el autor a la hora de escribir la novela, ya que por momentos parece que estamos leyendo un libro sobre arqueología en vez de una historia de ficción, y esto le confiere al conjunto un aire realista que me encanta. Es como un mockumentary (un falso documental), pero varias décadas antes de que se inventasen, y en formato libro. 
Los elementos terroríficos y fantásticos están introducidos con cuenta gotas y de forma sutil, lo que aún ayuda más a que la novela parezca en realidad un reportaje sobre algo extraño ocurrido realmente,
aunque en la recta final todo se desate y haga aparición un monstruo gelatinoso del tamaño de un tren.
El ambiente que se respira, especialmente cuando los protagonistas ponen el pie en esa prehistórica ciudad, es pesadillesco y aterrador, y al menos en mi caso no me habría acercado a menos de cincuenta kilómetros de tan extraño lugar. Pero claro, ese soy yo, porque los protagonistas no sólo se adentran en la ciudad, si no que la exploran bien a fondo, y gracias a eso descubrimos los secretos de sus antiguos moradores: los primordiales (el equivalente a los Ingenieros de Prometheus).
Y hablando de los primordiales, me hizo gracia la descripción que se hace de su cultura y civilización, realmente parecida a la nuestra. Y me hizo gracia porque los primordiales son descritos como putas macetas con alas y tentáculos, y me cuesta mucho imaginarme a uno bicho de esos escribiendo un libro, pintando un cuadro o dando una conferencia, pero claro, en la novela se nos habla de una civilización anterior a absolutamente todo, así que ¿por qué no?

En definitiva, En las montañas de la locura no es una novela perfecta ni apta para todos los lectores, pero igualmente resulta interesante, misteriosa, y por momentos terrorífica. Y no es necesario decir que cualquier aficionado a Lovecraft que se precie debe leerla. 

9 comentarios:

  1. Yo, si soy sincero y siendo fan de Del Toro, casi que me alegré cuando Del Toro dejó correr adaptar En las montañas de la locura. Con 100 millones de presupuesto y Tom Cruise al frente del reparto, me daba la sensación de que poco tendría que ver con el libro de Lovecraft (y que no es su única novela, te lo dice alguien que tiene toda su narrativa completa, recuerda El extraño caso de Charles Dexter Ward o La sombra sobre Innsmouth, por mencionar un par).

    También creo que Del Toro patinó bastante al comparar Prometheus con En las montañas... Temáticamente no tienen mucho que ver. Hay que recordar que Lovecraft escribía relatos pulp. Muchos de estos elementos acabaron incorporándose luego en el cine de serie B y de ciencia ficción. Por otro lado, Prometheus utiliza para inspirarse las teorías de intervención alienígena que se empezaron a hacer muy populares hacia finales de los 60, con la aparición de libros de "divulgación científica" (por llamarlos de alguna manera) como Los carros de los dioses y El retorno de los brujos. Conceptos que generaron nuevas ideas para la ficción durante los años 70 (y que antes de eso aparecen de forma memorable en 2001, una odisea del espacio). El libro de Lovecraft poco tiene que ver con extraterrestres a pesar de tratarse de terror cósmico. Trata más bien sobre el horror del propio ser humano, ya se empezaban a tener noticias de los nazis para cuando Lovecraft se puso con esta novela.

    En fin, para mí ambas no tienen nada que ver.

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    1. Pues yo estoy convencido de que si mañana estrenasen la película de En las montañas de la locura, la gente empezaría a compararla con Prometheus, fíjate.
      No son un calco, pero bajo mi punto de vista son dos historias que tienen mucho que ver. De hecho, creo que la base es exactamente la misma.

      En lo que sí estoy de acuerdo es en que Guillermo del Toro habría hecho algo que poco tendría que ver con el libro. Metería monstruos cada 5 minutos y alguna subtrama para poder llegar a las 2 horas (porque el libro casi que no da para una película de hora y media)

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    2. Hombre, si solo conoces Prometheus, ignorando la cantidad de pelis y libros que han tratado ese tema, pues sí que la gente las compararía. Eso no significa que tengan nada que ver. Está claro que la novela y Prometheus no tienen nada en común, lo que está por ver es la interpretación que le habría dado Del Toro, ahí tal vez sí que habría puntos en común, pero estas cosas a veces pasan. Los guionistas de Prometheus no se fijaron en la novela, pero seguramente sí conocen los centenares de películas que han bebido de ella, como los centenares de películas que se han alimentado de relatos de ciencia ficción parecidos.

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  2. Oh, y te recuerdo que Lovecraft escribió más de una novela, En las montañas de la locura no es su única novela.

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    1. Efectivamente, me he estado informando. Siempre he tenido entendido que En las montañas de la locura fue su narración más larga, y ahora veo que no es así. Menudos informadores de mierda tengo jaja

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    2. En realidad, Gonzo esta en lo correcto. La mayoría de la obra de Lovecraft no fueron novelas. Fueron relatos, algunos muy largos o muy cortos, como este, que se publico en 3 partes en la revista pulp, Astounding Stories, ya que la Weird Tales (que era donde normalmente le publicaban a Lovecraft) fue rechazada. Los libros que conocemos actualmente, fueron publicados de forma postuma, hay que recordar que Lovecraft murió en la pobreza y sin ser reconocido, fue gracias a sus amigos por correspondencia que empezaron a publicar su obra y algunos de sus borradores fueron terminados por ellos.

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    3. Hola Edgar! No sabía eso último que has comentado. Gracias por el dato!
      Un saludo :)

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  3. Lo más curioso de "En las montañas de la locura" es que, quitada la prosa desencajada de Lovecraft, se queda en un relato de ciencia ficción no demasiado terrorífico. Baste ver el cómic de Culbard como prueba.

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    1. A mí me resultó inquietante, pero en absoluto terrorífico.

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