sábado, 17 de enero de 2015

Complicarse la vida.

Como ya sabréis, últimamente colaboro con otro foro llamado La Sociedad Supersecreta (entrad sin miedo, que es muy bueno), en el que también hablo de cine, pero no de cualquier manera. No quería escribir reseñas de películas al uso, sino desvariar un poco y centrarme en detalles gilipollescos, pero siempre enfocando el tema hacia el cine. Y bueno, básicamente quería dedicar mi blog personal a las reseñas de películas, libros, tebeos, etc. Habréis notado que hace tiempo que no me voy por los cerros de Úbeda, ¿y sabéis por qué es eso? Porque soy un ser insignificante, y cuando se me ocurre una idea que da juego para desvariar, la reservo para La Sociedad Supersecreta
Esta entrada en concreto tenía pensado publicarla allí, pero como hoy es sábado, me espera una noche de mierda en el trabajo y no me apetecía romperme mucho la cabeza, he decidido, en honor al nombre de la entrada, complicarme la vida, ya que ahora tendré que pensar en otra cosa para publicar en LSS y gastar este cartucho en mi blog. 

La idea se me ocurrió viendo Birdman, pero llevaba tiempo dándole vueltas a una tendencia que me parece un poco absurda aunque muy respetable, incluso admirable: las ganas de complicarse la vida. 
No sé si es porque yo soy una persona que siempre trata de hacer las cosas por el camino menos complicado (dentro de la legalidad, obviamente) o qué pasa, pero veo que hay cineastas a los que les gusta llenarse el camino de ascuas innecesariamente, aunque en el fondo les estoy agradecido porque el resultado final suele ser digno de aplauso. 


A veces se complican la vida con el montaje, como Iñárritu y ese plano secuencia de dos horas que ha rodado y titulado Birdman. La película es fabulosa, a Keaton te dan ganas de abrazarlo y darle las gracias por todo, y el trabajo de dirección es, como ha dicho todo Cristo, alucinante. Pero, ¿por qué un plano secuencia de dos horas? Está bien, ya sé que es un falso plano secuencia porque hay cortes (aunque disimulados para que no parezca que los hay), pero igualmente la película debe estar repleta Birdman, pero admite que eso del plano secuencia lo has hecho solo para demostrar que tienes un par de cojonazos. Seguro que te los sacaste y los pusiste sobre la mesa con un sonoro golpe, derramando los cafés de toda la gente. 
de planos larguísimos (algo jodido de rodar), y ya sólo el hecho de ocultar los cortes complica la tarea. Entonces, Iñárritu, ¿por qué no has rodado la película de forma convencional? ¿Por qué has querido llenarte los zapatos de piedras PORQUE SÍ? Iñárritu, no me malinterpretes; me gustas tú, me gusta tu cine y me gusta
Y ahora es cuando me dices que la has rodado así para darle aspecto de obra teatral. No cuela. Tú y yo sabemos que si la hubieras rodado de forma convencional, el resultado habría sido el mismo. 


Luego están estas películas, generalmente biográficas, que buscan a actores que no se parecen una mierda al personaje que tienen que interpretar, pero claro, con siete kilos de maquillaje en la cara consiguen que se parezcan o sean idénticos. Bien, ¿por qué no buscan a alguien que se parezca y ya está? De nuevo hay que sacarse los cojones y decir ¡eh, mirad qué buena mano tenemos para el maquillaje! ¡Ya lo sabemos, no tenéis que demostrarlo! ¿Para qué os calentáis la cabeza innecesariamente? La única explicación que le veo a esto es que el actor en cuestión quiera demostrar su capacidad camaleónica y así llevarse el Oscar por su dedicación y por los veinte kilos que engordó para aquella película. Maldita sea, si el personaje es gordo, ¿por qué no buscáis a un gordo y ya está? No, es más guay pillar a un sex symbol como Jared Leto y atiborrarlo de hamburguesas hasta que termine pareciéndose al personaje. A este pobre hombre le hicieron engordar una barbaridad para interpretar a Mark David Chapman (y para colmo la peli es una mierda)... ¿Por qué esas ganas de enredar las cosas? ¿Es que no conocen la existencia de Jonah Hill? 
Y lo mismo podría decir de Charlize Theron en Monster, o de Steve Carell en Foxcatcher
El día que decidan rodar un biopic sobre Marilyn Manson seguro que eligen a John Goodman sólo para demostrar que pueden conseguir que se perezca. 

Otro caso muy reciente es el de Boyhood, una película que se ha rodado durante doce años para que el chaval protagonista pase por varias etapas de su vida sin necesidad de cambiar de actor. Es decir, vemos al muchacho crecer en la película, pasando de ser un crío de unos seis años a un perfecto adolescente. 
Cualquier director que no estuviese como un cencerro habría elegido a varios actores para interpretar al chaval en sus distintas edades, pero el desquiciado de Richard Linklater, haciendo uso de una paciencia y perseverancia que baje Dios y lo vea, alargó el rodaje durante doce largos años. 
¿Elogiable? Sin duda. ¿Innecesario? También. 


Nota aclaratoria: He sido profundamente sarcástico y cabrón a modo de broma. Es verdad que esa forma de complicar las cosas me parece innecesaria (si yo fuese director no me metería en esos pantanos), pero en absoluto le resto un ápice de valor al trabajo de estas personas. Al contrario, los admiro.

6 comentarios:

  1. Tienes un premio en mi blog, cuando puedas te pasas.

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  2. No, al diablo. Tienes razón, muchos realizadores se complican las cosas sólo para lucirse. Estos artificios las utilizan con el único propósito de ser efectistas, para desviar la atención de los espectadores. Lo malo es cuando las películas no tienen ninguna otra virtud aparte de estas estratagemas, pues entonces sólo se ven pretenciosas y huecas. Me gustan estas ideas cuando tienen un propósito, como la narrativa en reversa de Memento, pero si están ahí porque sí, me suelen repeler.
    En Birdman, por ejemplo, sentí que Iñárritu quería pretenderse original y aventurado, obviando a los que conocemos "Rope", que tiene el mismo formato; o "The Russian Ark", que es, sin trucos, una toma única. Oye, si vas a cometer la locura de filmar un plano secuencia de dos horas, al menos sé el primero en hacerlo.

    PD: Me gusta mucho Birdman.

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    1. Estoy contigo. Lo bueno de Birdman es que si le quitas el formato "plano secuencia perpetuo" te sigue quedando una gran película, por eso no me molesta.

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  3. Yo no lo considero "complicar las cosas", sino probar cosas nuevas, sean más fáciles o más difíciles. Me gustan las películas en las que se arriesga, siempre puede salir algo bueno en alguna. De otra forma, el cine no evolucionaría.
    La idea de Richard Linklater me ha parecido original, aunque hizo algo parecido cuando rodó la trilogía "Before" -solo que en esta el paso de los años se ve en distintas películas-.

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    1. Por supuesto, yo soy el primero que, cada vez que un director hace un experimento de este tipo, el día del estreno estoy en la sala de cine. Lo que ocurre es que me paro a pensar en que si yo fuese director, posiblemente se me ocurrirían formas más sencillas de resolver las cosas. Soy un vago, lo admito jaja

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