Oye, que me parece genial hacer cortometrajes amateur, claro que sí. ¡Si yo soy el primero que los hace! Pero no os flipéis, porque muchas ganas que tengáis de rodar, no sois más que un grupo de amiguetes con una cámara para grabar y un ordenador para editar, ya está. ¿Significa eso que lo que vayáis a grabar ha de ser mediocre? No, por supuesto que no... siempre y cuando aceptéis vuestras limitaciones. El problema está cuando un chaval pretende rodar un blockbuster en el patio de su casa... Ahí es donde acaba lo digno y empieza lo ridículo.
De eso hablo en el nuevo artículo de La Sociedad Supersecreta.
¡Leed!
Harcer cortometrajes
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