martes, 19 de mayo de 2015

Mad Max: Fury Road


Es difícil ir a ver una película con el hype por las nubes y salir de la sala completamente satisfecho y sin un ápice de decepción, pero a veces ocurre.

Un momento, ¿he dicho satisfecho? Quería decir erecto, emocionado y con ganas de volver a ver la película de nuevo, sin pausa para mear ni tomar el aire ni mariconadas. OTRA RONDA, por favor. De hecho, las ganas y casi la necesidad de revisar Mad Max: Fury Road no son gratuitas, porque no se trata únicamente de volver a disfrutar de una película terriblemente divertida, sino también de observarla con atención y fijarse en detalles que se pasan por alto en un primer visionado. 

Que George Miller, un tipo de 70 años, haga una de las mejores y más originales películas de acción de lo que llevamos de década da que pensar. No digo que no se haga buen cine comercial, hay de todo, pero sí que en demasiadas ocasiones se nota una alarmante falta de frescura y un exceso de películas salidas de una cadena de montaje en Hollywood, lo que les otorga un desagradable aspecto estándar y genérico, sin alma ni personalidad. Entonces llega George Miller, ese señor de 70 años, y se folla a la industria con sus dos horas de Mad Max: Fury Road. El tío da una valiosa lección sobre cómo hacer buen cine de acción y aventuras con carácter, personalidad y valentía, y se queda tan ancho. Es cierto que también hay jóvenes directores de cine de acción que son la bomba, como Gareth Evans y su The Raid, pero son una minoría. 

En cuanto a la estética, me atrevería a decir que George Miller fue el mayor precursor de lo que todos entendemos por futuro post-apocalíptico. Ya sabéis, los páramos desérticos, las bandas de locos peligrosos ataviados de forma extraña, las deformidades provocadas por la radiación, la lucha por el agua y la gasolina... Son conceptos que desde Mad Max 2 se han imitado en incontables ocasiones, de modo que Miller ya contaba con esa base para la nueva entrega de la franquicia, aunque esta vez ha ido mucho más allá. Desde Prometheus no veía una película tan bonita y estéticamente espectacular. Desde los paisajes y el vestuario hasta las armas y los vehículos... Te dan ganas de pausar la película cada cierto tiempo y quedarte mirando el fotograma como si de un cuadro se tratase. 
La película cuenta con una fotografía y una profundidad de campo que hace que se te caigan los huevos al suelo, por no hablar de sus increíbles secuencias nocturnas, rodadas en noche americana y haciendo que algunos puntos en concreto permanezcan iluminados mientras que todo lo demás se mantiene en azulada penumbra. 

Todo el diseño de la película es fascinante, y si ya en Mad Max 2 llamaba la atención, imaginad ahora, con un buen puñado de millones extras y los avances técnicos que nos ofrece la actualidad. Gracias a esto Mad Max: Fury Road es un espectáculo que se sale de lo típico y tópico (¡gracias!), con una estética barroca, extravagante y excéntrica. Tan excéntrica como sus personajes, empezando por Inmortan Joe, el terrible villano opresor, y terminando por todos y cada uno de sus secuaces, desde Granja de Balas hasta el épico guitarrista desquiciado cuya función no es otra que la de poner ritmo a las persecuciones a golpe de guitarra y lanzallamas (adosado a la propia guitarra, como no podía ser de otra forma). Me tengo que quitar el sombrero ante semejante despliegue de imaginación, originalidad y locura. 
¿He dicho ya que el director tiene 70 años? 

Pero no todo es estética. Las largas secuencias de acción están rodadas con pulso firme, sin impedir que su frenético ritmo nos impida disfrutar claramente de lo que está ocurriendo en pantalla. ¿Y qué ocurre en pantalla? Pues coches reventando y saltando por los aires, kamikazes, locos con pértigas explosivas, acróbatas malvados, decenas de armas disparándose a la vez, fuego, flechas, tormentas infernales, motos, lanzallamas... Y todo rodado a la antigua, con coches y personas de verdad dándose hostias de verdad. Obviamente hay arreglos y retoques con CGI, pero la mayoría de lo que vemos es puramente analógico.

En cuanto al guión, pues sencillito y sin muchas complicaciones, como viene siendo habitual en esta saga. Tampoco creo que una película de acción tan espectacular y bella necesite apoyarse en un guión complejo y lleno de giros, aunque realmente pienso que Mad Max: Fury Road posee un trasfondo feminista del que ya se ha hablado en varias ocasiones. Quizá sea por eso que el personaje de Max termina siendo secundario mientras que Furiosa se erige como la verdadera protagonista, una guerrera harta de las malas decisiones de los hombres y de que las mujeres sean tratadas como objetos. No soy partidario de los panfletos feministas que llaman machista a cualquier cosa (y menos hoy en día, que prácticamente es un delito tener pene), pero considero que en la película está muy bien llevado el tema. 
La película también da un par de bofetadas al fanatismo religioso y a la absurda adoración de líderes, mostrando a un ejército de pirados sectarios educados desde pequeños en la más estricta veneración hacia Inmortan Joe, alguien que nadie en su sano juicio adoraría. 

En cuanto al reparto, tenemos a Tom Hardy dando vida a un Max Rockatansky algo diferente al que ya conocemos, porque esta vez se trata de alguien casi deshumanizado que apenas habla y que por lo general responde con gruñidos o monosílabos. Alguien que ha debido pasarse mucho tiempo vagando en soledad, y que aunque se desenvuelve bien en ese entorno tan hostil, da la sensación de estar un poco hasta los huevos de todo. 
Charlize Theron encarna a la verdadera protagonista de la cinta, Imperator Furiosa, que viene a ser la versión femenina de Max, aunque al contrario que él, ella tiene un objetivo claro y conciso. Max simplemente se limita a vagar y sobrevivir. 
Nicholas Hoult interpreta a Nux, uno de los soldados del ejército de Inmortan Joe, y posiblemente el personaje que más evoluciona a lo largo de la película. 
Y para terminar está Hugh Keays-Byrne como Inmortan Joe, el terrible líder que usa a las mujeres como perpetuas criadoras de bebés para su ejército personal y que maltrata y mata de sed (pese a que al cabrón le sobra el agua) a su pueblo, de quien él se considera amo y señor. 
Como curiosidad decir que Hugh Keays-Byrne también interpretó a Cortauñas, el villano de la primera entrega de Mad Max. 

En resumen, hay que ver Mad Max: Fury Road, ese fabuloso espectáculo y orgía visual que nos ha regalado George Miller. Hace falta más cine comercial así, por favor. 

9 comentarios:

  1. con la primer media hora pensé que era tan excesiva que me iba a ganar por cansancio y vencer todo prejuicio... pero después un argumento lineal, cansino, hizo que me cansara un poco...

    los personajes (o las actuaciones) están muy bien cierto, pero en un todo va de mayor a menor...

    no se, o me estoy poniendo viejo (no como Miller veo ja).... salu2...

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    1. Vaya, siento que no te lo pasaras igual de bien que yo :D La verdad es que a este tipo de películas no les pido grandes argumentos ni guiones sesudos.

      Un saludo!

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  2. ¡Grande la entrada! ¡Tengo unas ganas de ver la película enormes! Y más después de leerte.

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  3. ¿Y qué me dices de ahora tener que esperar a que se estrene Mad Max: The Wasteland?

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    1. Pues que sea cual sea el tiempo que haya que esperar, desde ya digo que me parece mucho.

      Por cierto, ¿qué te ha parecido la peli? :D

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  4. Hola Dr.Gonzo! Muy buena reseña! La fui a ver el viernes y me gustó mucho! El ritmo no decae en ningún momento, a toda esa gente que no la quiere ver por que están hartos de refritos de los 80's les he dicho que la vean porque es 100% MadMax. Y si no les gusta es porque ya van predispuestos a destrozar la peli. En fin que coincido con tigo que hagan mas cine comercial como este!
    Saludos

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    1. Está visto que hay gente a la que no le gusta pasárselo bien :D Ellos se lo pierden!

      Un saludo!

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