jueves, 21 de enero de 2016

Star Wars: El despertar de la fuerza



Mis sentimientos hacia esta película eran encontrados, incluso demenciales. Por un lado temía que la saga volviese a hundirse en el fango como lo hizo en los Episodios I, II y III, pero por otra parte sabía que el director era J.J Abrams, alguien a quien se le puede acusar de muchas cosas… excepto de hacer películas aburridas.
Lo único que tenía claro con esta película era que iría a verla al cine, porque aunque no me considere un fanático de Star Wars, ni siquiera un fan, hay algo en esta saga que consigue que casi todo el mundo con sangre en las venas le tenga cariño como mínimo, por no hablar de la forma tan brutal en que ha echado raíces en la cultura popular. Star Wars es mucho más que una saga de películas, y eso, guste más o guste menos, hay que admitirlo.
Lo primero que se advierte en El Despertar de la Fuerza es que, gracias a vete tú a saber qué dios, el tono tedioso y aburrido de las precuelas ha desaparecido. Star Wars vuelve a ser acción, aventura, humor y mucho entretenimiento. Por lo que a mí respecta, con eso basta cuando se trata de este tipo de cine, lo que no puedo tolerar es que algo que lleve la marca Star Wars me aburra (y sí, estoy hablando otra vez de las precuelas).

Abrams es un fan de la saga, y gracias a este hecho y al sentido del espectáculo que posee el director de Super 8, El Despertar de la Fuerza retoma el tono de la trilogía clásica, lo cual incluye el uso de efectos especiales prácticos como disfraces, animatronics, etcétera, a diferencia de las precuelas (efectivamente, vuelvo a lanzar mierda contra esa trilogía), donde se usaron los efectos digitales de forma absurda, excesiva e injustificada. Me atrevería a decir que al Episodio III: La Venganza de los Sith le falta el canto de un duro para que sea considerada una película de animación.

Hay que admitir que la película es un reclamo innegable para las nuevas generaciones. Cualquier chaval que vea el trailer se interesará automáticamente por la película, pero también lo harán los fans más veteranos, pues El Despertar de la Fuerza usa la nostalgia a cañonazos (encontramos Terminator: Génesis o Jurassic World, sin embargo la gran diferencia radica en que el Episodio VII tiene muchas más armas, recursos y ases en la manga. Usa la nostalgia de forma descarada, sin piedad, pero es que todo lo demás es maravilloso, desde la dirección y los efectos especiales hasta su sentido del espectáculo y personajes carismáticos que se pasean por la pantalla (todo el reparto es excelente, sobre todo Daisy Ridley y Oscar Isaacs), incluyendo el villano, el cual me ha parecido todo un acierto. En Jurassic World, por ejemplo, no había nada de eso ni ningún otro recurso artístico, sólo nostalgia barata como cebo para atraer a los fans.
equivalencias clarísimas con la saga original) para captar a sus antiguos seguidores. Yo mismo he criticado mucho este recurso traicionero usado también en títulos como


En resumen, quizá El Despertar de la Fuerza no sea una película revolucionaria ni original, y puede que tampoco sea mejor que la saga clásica (ni creo que fuese su intención), pero desde luego no me cabe duda de que está a la altura y es digna de llevar el nombre de Star Wars.  

2 comentarios:

  1. ES DIGNA, NO CREO QUE NADIE DIGA LO CONTRARIO y Abrahams sabe hace las cosas entretendas, pero no deja de ser intrascendente, casi vacía, una pavada entretenida como me gusta decir a mí...

    y no hablo de la copia calcada del primer episodio que sería lo de menos, hablo de ser casi transparente... en fin, cuestión de gustos...

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    1. Tampoco le pido mucho más a este tipo de cine. Ni siquiera se lo pido a la trilogía original...

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