martes, 30 de agosto de 2016

La broma asesina


La película nos cuenta cómo el peligroso criminal conocido como Joker secuestra al comisario Gordon con la intención de demostrar su teoría: cualquier persona puede convertirse en un desquiciado mental tras un día lo suficientemente malo, replanteando de esta forma la psicología del propio Batman. ¿Son Batman y Joker dos personajes peligrosamente similares? Desde luego que sí.

Una de las grandes paradojas de La broma asesina es que, adaptando viñeta a viñeta el maravilloso y reflexivo cómic de Alan Moore, no consiga estar a la altura. ¿Cómo es eso posible?
Para empezar, la película comienza con un prólogo de media hora, escrito por Brian Azzarello, que profundiza en la relación entre Batman y Batgirl, lo cual habría resultado una jugada inteligente y acertada para conseguir que el espectador sintiera mayor empatía una vez llegado cierto momento fatídico de la historia, de no ser por lo mal llevado que está todo lo demás. Hacer que la relación de esos dos personajes sea más profunda de cara al oscuro porvenir está bien, pero ese contraste, ese cambio de tono y estilo entre el prólogo y lo que viene después, la verdadera adaptación del cómic, es lo que hace que todo se derrumbe. Es como si media película estuviese dirigida por Michael Bay y la otra mitad por David Fincher, siendo demasiado gruesa la línea que separa a una de otra. Y si a eso le sumamos que la historia que narra dicho prólogo no es nada del otro mundo, apaga y vámonos.

Dejando a un lado este segmento exclusivo de la película, la parte que adapta el cómic de Moore es completamente fiel al material original, como también lo fueron las películas animadas de Batman: año uno o El regreso del caballero oscuro, pero hay algo que no me cuadra. Algo que nunca me ha cuadrado, en realidad, y que en este caso termina por desquiciarme un poco. ¿Dónde radica el sentido de adaptar un cómic tal cual a formato animado? Entiendo que estas películas susciten interés en quienes no hayan leído el tebeo, pero, ¿qué nos aportan a los sí lo hemos hecho? Una traslación viñeta a viñeta, en la que lo único que se hace es añadir sonido y movimiento al cómic es, bajo mi punto de vista, algo carente de interés. Una mera curiosidad y poco más.

Pero no seamos apocalípticos. Existen casos, como la adaptación de El regreso del caballero oscuro, donde un buen dibujo, una buena calidad de animación y una banda sonora impresionante hacen que el visionado merezca la pena (aunque hayas leído el cómic y la película apenas tenga oportunidad de sorprenderte), mientras que La broma asesina, donde no hay nada que destaque, sino todo lo contrario (la animación no hace justicia, y el dibujo del cómic es mejor. Es decir, no están dando lo mismo… ¡pero peor!), es una propuesta pobre y sosa que en absoluto está a la altura del cómic. Si vas a ceñirte al material original con tanto ahínco que no te quede margen de maniobra para la innovación, al menos asegúrate de que el aspecto técnico sea impecable. De lo contrario, mejor quédate quieto.

Esto demuestra una vez más que ni una mala adaptación es sinónimo de mala película, ni una buena adaptación implica que la película también lo sea. 

2 comentarios:

  1. Yo esta no la he visto y no creo que lo haga, a no ser que la pongan en alguna plataforma VOD, porque desde que se anunció me dio mala espina. No me parece que La broma asesina, que Alan Moore no considera precisamente uno de sus mejores trabajos, sea buen material para una película hecha en este estilo animado.

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    1. Yo es que directamente, cuanto más lo pienso, más dudo que adaptar un cómic a formato animado tenga sentido.

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