La película nos cuenta cómo el
peligroso criminal conocido como Joker secuestra al comisario Gordon con la
intención de demostrar su teoría: cualquier persona puede convertirse en un
desquiciado mental tras un día lo suficientemente malo, replanteando de esta
forma la psicología del propio Batman. ¿Son Batman y Joker dos personajes
peligrosamente similares? Desde luego que sí.
Una de las grandes paradojas de La broma asesina es que, adaptando
viñeta a viñeta el maravilloso y reflexivo cómic de Alan Moore, no consiga
estar a la altura. ¿Cómo es eso posible?
Para empezar, la película
comienza con un prólogo de media hora, escrito por Brian Azzarello, que
profundiza en la relación entre Batman y Batgirl, lo cual habría resultado una
jugada inteligente y acertada para conseguir que el espectador sintiera mayor
empatía una vez llegado cierto momento fatídico de la historia, de no ser por
lo mal llevado que está todo lo demás. Hacer que la relación de esos dos
personajes sea más profunda de cara al oscuro porvenir está bien, pero ese
contraste, ese cambio de tono y estilo entre el prólogo y lo que viene después,
la verdadera adaptación del cómic, es lo que hace que todo se derrumbe. Es como
si media película estuviese dirigida por Michael Bay y la otra mitad por David Fincher,
siendo demasiado gruesa la línea que separa a una de otra. Y si a eso le
sumamos que la historia que narra dicho prólogo no es nada del otro mundo,
apaga y vámonos.
Dejando a un lado este segmento
exclusivo de la película, la parte que adapta el cómic de Moore es
completamente fiel al material original, como también lo fueron las películas
animadas de Batman: año uno o El regreso del caballero oscuro, pero hay
algo que no me cuadra. Algo que nunca me ha cuadrado, en realidad, y que en
este caso termina por desquiciarme un poco. ¿Dónde radica el sentido de adaptar
un cómic tal cual a formato animado? Entiendo que estas películas susciten
interés en quienes no hayan leído el tebeo, pero, ¿qué nos aportan a los sí lo
hemos hecho? Una traslación viñeta a viñeta, en la que lo único que se hace es
añadir sonido y movimiento al cómic es, bajo mi punto de vista, algo carente de
interés. Una mera curiosidad y poco más.
Pero no seamos apocalípticos.
Existen casos, como la adaptación de El
regreso del caballero oscuro, donde un buen dibujo, una buena calidad de
animación y una banda sonora impresionante hacen que el visionado merezca la
pena (aunque hayas leído el cómic y la película apenas tenga oportunidad de
sorprenderte), mientras que La broma
asesina, donde no hay nada que destaque, sino todo lo contrario (la
animación no hace justicia, y el dibujo del cómic es mejor. Es decir, no están
dando lo mismo… ¡pero peor!), es una propuesta pobre y sosa que en absoluto
está a la altura del cómic. Si vas a ceñirte al material original con tanto
ahínco que no te quede margen de maniobra para la innovación, al menos
asegúrate de que el aspecto técnico sea impecable. De lo contrario, mejor
quédate quieto.
Esto demuestra una vez más que ni
una mala adaptación es sinónimo de mala película, ni una buena adaptación
implica que la película también lo sea.
Yo esta no la he visto y no creo que lo haga, a no ser que la pongan en alguna plataforma VOD, porque desde que se anunció me dio mala espina. No me parece que La broma asesina, que Alan Moore no considera precisamente uno de sus mejores trabajos, sea buen material para una película hecha en este estilo animado.
ResponderEliminarYo es que directamente, cuanto más lo pienso, más dudo que adaptar un cómic a formato animado tenga sentido.
Eliminar