martes, 24 de enero de 2017

Tarde para la ira


Sinopsis
Durante un desastroso atraco a una joyería, la policía sólo consigue atrapar a Curro (Luís Callejo), el conductor encargado de evacuar a los delincuentes.
Tras ocho años de condena, Curro sale en libertad sin saber que fuera le espera otro infierno igual o peor que la cárcel.
José (Antonio de la Torre), el novio de una chica asesinada durante el atraco, busca venganza. Curro le tendrá que ayudar por las buenas o por las malas.

Opinión
Tarde para la ira es la primera película dirigida por el actor Raúl Arévalo, y sólo puedo decir que ojalá haga muchas más películas.
Al parecer, Raúl Arévalo pensó en ser director de cine antes que actor, pero como le salió trabajo de los segundo antes que de lo primero aparcó la idea de dirigir. Es evidente que durante el tiempo que ha ejercido como actor ha ido tomando buena nota de los directores con los que ha trabajado y aprendiendo el oficio a base de observar. Resulta evidente, puesto que Tarde para la ira es, pese a lo primerizo de su autor, una película notable, llena de energía y cimentada sobre un planteamiento sencillo y eficaz a partes iguales.
Películas sobre venganzas se han hecho y se harán muchas, pero la forma en que Arévalo escribe y dirige Tarde para la ira hace que el resultado final destaque por encima de otras producciones de similares características. En otras palabras, se aprecia que la película está hecha con ganas y concebida desde las entrañas.


Por suerte no se trata de una de esas películas españolas que tratan de imitar al cine americano, y no es que yo tenga nada en contra de la cinematografía made in USA, al contrario, pero me gusta que nuestro cine ponga sobre la mesa su propio estilo sin complejos.
Puede que Tarde para la ira sea una película de venganzas con escopetas y asesinatos, pero a la vez es muy española, incluso costumbrista, y no intenta disimular que la acción transcurre en España. Los personajes y los escenarios son auténticos por más que Arévalo se haya dejado inspirar por Sam Peckinpah.
Si por ejemplo le echamos un vistazo a Toro (Kike Maíllo, 2016), nos daremos cuenta de que esa España y esos personajes no son reales, sino caricaturas. La España de Toro está más cerca de Los Ángeles que de Málaga. Y no lo digo como algo negativo, sino como forma de explicar la distancia que separa ambos estilos.

La película está rodada en 16 milímetros, lo que le da una textura sucia y granulosa que recuerda al cine de los setenta, algo que casa a la perfección con la dureza y sequedad (incluso habiendo un par de breves y necesarios momentos cómicos) de la historia  y las imágenes que la componen.
Otro punto a su favor es que, pese a la sencillez de la trama, hay varias sutilezas salpicadas a lo largo del metraje que se captan o adquieren un mayor significado cuando volvemos a ver la película.



Tarde para la ira es una debut redondo. Sólo espero no tener que esperar demasiado hasta la siguiente película de Raúl Arévalo.

2 comentarios:

  1. Que tal Narciso!
    A mi me ha entusiasmado. Fue terminar de verla y comenzar a recomendarla a familiares, amigos, compañeros de chollo y demás bicho viviente. Resulta sorprendente y triste a la vez que alguien te suelte aquello de "es que yo el cine español como que no...", te tienes que reprimir y contar hasta diez, de verdad que dan ganas de...
    Hay una escena en particular que me parece tremenda y es la del sótano del gimnasio, ese momento con el fulano hablando con aquella voz, el otro mirando para el destornillador...
    Lo dicho, ojala Arevalo siga con ese buen oficio que tiene.
    Saludos!

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    Respuestas
    1. Hola Fran!
      Yo la vi y al día siguiente fui a Fnac a comprarla en bluray. Una gozada de película, no sólo española, sino en general.
      A los que reniegan del cine español no me los tomo en serio. La principal característica de esa gente es que no ve cine español, así que ya me dirás dónde queda su credibilidad. Conozco a gente así, y la verdad es que no me molesto en recomendarles películas, ni españolas ni de ninguna clase. Los dejo con sus blockbusters.

      Para mí, la escena más dura de la película es aquella en la que el dueño del bar, sabiendo lo que ha hecho, le está contando a Antonio de la Torre lo maravilloso que es tener familia y que te esté esperando cuando llegas a casa.
      Ni Hannibal Lecter sería tan retorcido y cabrón.

      Un saludo!

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