Cisne negro

En mi blog no suelo hablar de últimos estrenos porque para informarnos sobre eso ya tenemos la revista fotogramas y similares, pero a veces me doy de narices con algún último estreno que merece la pena de verdad. No digo que todos los estrenos sean bodrios ni muchísimo menos, lo que digo es que hay pocos estrenos de los que realmente valga la pena hablar. Cisne negro es uno de ellos.

La película nos cuenta la historia de una bailarina de ballet que ha sido elegida para protagonizar El lago de los cisnes, siendo ella la encargada de interpretar al cisne blanco y al negro. La presión a la que se verá sometida por parte de su posesiva madre, su profesor de danza y una impulsiva compañera harán mella en su frágil personalidad.

Con esa premisa se nos presenta una gran película de terror psicológico bastante inusual dirigida por Darren Aronofsky (Requiem por un sueño), dejando bien impresa su huella con algunas siniestras escenas oníricas, una atmósfera agobiante, opresiva y en ocasiones deprimente. También encontramos algunas mínimas pinceladas de gore que, incluso siendo eso, mínimas, resultan mas chocantes que las vistas en otras películas donde tenemos tripas, sangre y descuartizamientos a cada minuto.

El trabajo de dirección de Aronofsky resulta, como es costumbre, impecable. Un tio que sabe hacer buen uso de la cámara al hombro y de ciertos recursos visuales que dotan a algunas escenas de la película de una extraña belleza. Ejemplo de ello son todas las escenas centradas en el baile, donde el uso de la música y el montaje las convierte en algo contundente y precioso, con muchísima fuerza visual. A destacar los impresionantes 20 últimos mínutos.

¿Aronofsky ha hecho una película única en su género? No. Cisne Negro podría haber sido dirigida por el Darío Argento más poético o por un Brian dePalma post Impacto. ¿Esto le resta calidad? Para nada, todo lo contrario. La enriquece, le da vida. Si a la hora de hacer una película vamos a tener a alguien en mente para inspirarnos, mejor que sean maestros.

En el apartado de interpretaciones no cabe la menor duda de que Natalie Portman lleva todo el peso de la película, y lo hace tremendamente bien. Como mucha gente dice ya, el Óscar es practiamente suyo, y con razón. Con Cisne negro, Portman ha demostrado ser una de las mejores actrices del panorama actual.

Vincent Cassel es otro que hace un trabajo muy bueno, pero este no tenía ya nada que demostrar. Cassel, pese a no hacer demasiadas películas que me atraigan, reconozco que es un gran actor.

Luego está Mila Kunis, que no destaca demasiado, pero no lo hace mal. Nadie en esta película lo hace mal, a decir verdad.

¿Qué más decir? Es una película que hay que verla y disfrutarla, apreciando cada detalle, así que cerrad este dichoso blog y gastaos una tarde de buen cine.