jueves, 5 de mayo de 2011

Alice

Alicia en el pais de las maravillas, ese gran libro de Lewis Carroll ha visto ya multitud de adaptaciones al cine, la última de ellas a manos de un nefasto Tim Burton, con una película que haría removerse al escritor dentro de su tumba.
También existen otros títulos actuales que, si bien no son una adaptación propiamente dicha del libro, si que explotan ese concepto de universo onírico y fantasioso que evade de la realidad a su protagonista, como es el caso de Sucker Punch, de Zack Snyder.


Todos conocemos también la versión de dibujos animados de Disney, incluso me atrevería a decir que muchos conocimos el libro gracias a esa película.
De todas formas no voy a hablar de Disney en su faceta infantil (si, Disney tiene otras facetas que no son precisamente infantiles, por ejemplo Kill Bill, de Quentin Tarantino), ya que a mí esta factoría, en su modalidad infantil, repito, no me interesa demasiado, salvo títulos como El rey león y muy poquito más.
Voy a hablar de una extraña y algo desconocida película checa dirigida por Jan Svankmajer, que además de ser un realizador bastante imaginativo, también es un hacha con el efecto stop-motion, al que le da un toque muy personal y artesanal, usando trastos de andar por casa como juguetes, muñecas, esqueletos y vísceras de animales, etc. También hay que decir que esto último que he comentado dota a sus animaciones de una atmósfera siniestra y perturbadora.


Pues bien, fue este hombre quien dirigió en 1988 la que es, hasta el momento, mi adaptación favorita del libro de Lewis Carroll y, quizá, la que mejor refleja el tono onírico de la novela, aunque estéticamente difiere considerablemente respecto a la obra original.
Mientras que Disney dio a su película un tono evidentemente simpático, alegre y nada adulto, Svankmajer transforma la historia de Alicia en una verdadera alucinación pesadillesca y extraña.
Como ya he dicho, estéticamente hablando, esta película (llamada simplemente Alice, por cierto) es totalmente diferente al texto en el que se basa, aunque haya varios puntos en común.
La grandeza de este título reside en que su director consigue contarnos exactamente lo mismo que en el libro, pero cambiando por completo el tono y la atmósfera de la historia, aún ciñéndose al texto original.
No es de extrañar que esta película ponga los pelos de punta a más de un niño. Incluso yo me inquieté viendo al conejo blanco con esos ojos fuera de las órbitas y los movimientos robóticos y poco naturales propios del stop-motion. Y esto mismo que he dicho del conejo blanco es aplicable a todos los personajes fantásticos y decorados que aparecen a lo largo de la película.

4 comentarios:

  1. A mi también me resultó una película tremendamente perturbadora. Especialmente los momentos en que el conejo sale de la caja de cristal con los clavos en los pies y los que se recompone el interior del cuerpo. Da bastante cosica.

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  2. Pues si. A mi lo que más mal rollo me dio fue la oruga, que realmente era un calcetín con ojos y dentadura postiza.

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  3. Me la apunto!!! Tampoco he visto la versión de Tim Burton, supongo que debo considerarme afortunado.

    Lo que no he visto, creo, es ninguna adaptación de "A través del espejo".

    A lo mejor me equivoco, pero creo que quien mejor podría hacer una adaptación del cuento (viendo lo que hizo con los hermanos Grimm) es Terry Gilliam).

    Saludos!

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  4. Alexandre, la versión de Tim Burton puedes ahorrartela perfectamente. No te pierdes nada...

    De A través del espejo vi hace tiempo un telefilm en la misma línea del que se hizo sobre Alicia en el pais de las maravillas, pero a nivel comercial no conozco ninguna adaptación.

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