Hay una cierta tendencia a despreciar todas las películas tipo El proyecto de la Bruja de Blair que salen. Es decir, esas películas que tratan de hacerse pasar por grabaciones reales en las que somos testigos de fenómenos paranormales. El nombre técnico de esta tendencia o modo de plasmar en imágenes una historia de terror de forma ultrarrealista es mockumentary, aunque me parece un nombre bastante ridículo, y ya que estamos en España, lo llamaré falso documental, que es lo que viene a significar, vamos.
El falso documental tiene su origen en la película Holocausto Canibal, aunque hay quienes dicen que su verdadero inicio fue con Mondo Cane. Yo me quedo con la primera opción.
En fin, que me voy por las ramas. Últimamente he visto varios falsos documentales, como por ejemplo The Tunnel, El último exorcismo o El manuscrito Lovecraft, pero todos me han parecido bastante decepcionantes (aunque El manuscrito Lovecraft tiene más encanto, pero sólo para fans del genial escritor, como yo).
Este tipo de películas suelen jugar con la tensión, algo que a mí me afecta mucho, y por eso me gusta tanto este subgénero lleno de sustos a partir de nada, o de un simple sonidito quizá. Si que es verdad que al final vemos algo más, quizá al monstruo, extraterrestre o lo que sea, pero muy fugazmente. Esto tenía su gracia en El proyecto de la Bruja de Blair, que bajo mi extraño punto de vista es de lo mejor en cine de terror que he visto en mi vida, el problema es que cuando has visto varios falsos documentales en los que no se ve nada, ya te cansas.
Estoy de acuerdo en que asusta más lo que se sugiere que lo que se deja ver claramente, pero un poquito de espectacularidad tampoco viene mal.
Troll Hunter rompe los esquemas, pues combina el típico estilo documental con unos efectos especiales decentísimos, dónde no se cortan en enseñarnos a los monstruos protagonistas de la película.
En ese aspecto me recordó a Cloverfiel (otra joyita, al menos para mí), pero Troll Hunter va más allá a la hora de enseñarnos a los trolls y los destrozos que estos causan, y todo salpicado con algunas pinceladas de humor gamberrete que viene como anillo al dedo.
También hay elementos caricaturescos, como de cómic. Por ejemplo, esa armadura que se coloca el cazador, la gigantesca jeringa que usa para extraer una muestra de sangre a una de las bestias, la camioneta armada con un enorme flash luminoso y llena de pinchos para hacer frente a los monstruos, o el propio aspecto de estos.
El filme nos cuenta la historia de unos chavales que pretenden rodar un documental sobre la supuesta existencia de trolls en Noruega. Para ello, contactan con un supuesto cazador de estos monstruos para acompañarle en sus rondas nocturnas para ver si consiguen grabar algo interesante. Y lo hacen.
De esta manera nos sumergimos en la cara oculta de Noruega, un lugar peligroso donde, si no estás preparado, serás descuartizado por un troll chiflado y rabioso.
El cazador de trolls, que es quien guía a los chavales, resulta un personaje misterioso y huraño al principio, pero luego acaba cayendo simpático. Da la impresión de que mientras él esté cerca no pasará nada malo, pues se nos muestra como un experto en estos monstruos, que sabe bien dónde se mete y qué hace. Es este personaje quien explica la mayor parte de las dudas que podamos tener durante el visionado de la película ¿dónde se esconden los trolls durante el día? ¿Qué comen? ¿Son inteligentes? ¿Por qué se convierten en piedra al exponerse a la luz? Todas esas preguntas y otras cuantas se responden de forma más o menos lógica, resultando muy curioso como da la impresión de que hablan de criaturas completamente reales.
Como decía antes, Troll Hunter resulta especialmente entretenida debido a que no se nos oculta nada. No vemos a los monstruos al final, sino de primera hora y con todo lujo de detalles. Pero lo mejor es que cuando no salen trolls la película sigue siendo igual de divertida, ya que estamos prestando atención a las anécdotas y explicaciones del cazador, como si de una enciclopedia andante especializada en trolls se tratase.
El final, algo en lo que suelen fallar la mayoría de este tipo de películas, resulta de lo más digno y apropiado. Ese tenebroso paraje nevado, con los rugidos del gigantesco troll acercándose, ayuda a construir un final impactante, tenso y aterrador, aunque la cosa se suaviza un poco haciendo uso de un chiste final tan absurdo que me hizo gracia (como todo lo absurdo).
La pillé hace algún tiempo pero la aparqué y al final no la he visto. Tendré que ponerme con ella porque la verdad es que me apetece.
ResponderEliminarEn cuanto a los mockumentary o falsos documentales sus origenes son mucho anteriores, de hecho, estaríamos hablando de 1909 con Toda la verdad sobre el Polo Norte, una chapuza que no coló, o 1922 con Nanook, el esquimal, ya que Flaherty perdió todo lo grabado y volvió al Polo y pidió a la gente que representara los pasajes que el recordaba como más interesantes. Y también he escuchado alguna vez la historia de los periodistas que no pudieron grabar el desastre del 98 y lo falsearon en un lavabo, o sea que los orígenes de esto estarán en el mismo inicio del cine. Como el porno. XD
Peli interesante, pero es que el cine fantástico europeo...bueno, siempre nos quedará Dejame Entrar.
ResponderEliminarYo creo que este género fue creado por Mondo Cane, que data del 1962, ya que hasta los años 90 este tipo de películas eran conocidas como películas mondo. Holocausto caníbal creó un género: el de los caníbales, que es otra manera de decir que surgieron tantas copias que se hizo un género.
ResponderEliminarY tras esta nota algo repelente por la que ya me he dado una hostia, decir que no tengo nada en contra del género del falso documental como no tengo nada en contra de ningún género. He visto buenas películas y malas películas hechas en este estilo. Troll Hunter me ha picado la curiosidad ya que llevo bastante tiempo oyendo buenas cosas de ella, Apolo 18 en cambio la evitaré porque a juzgar por el tráiler parece un truñaco. Cambio y corto.
Me gusto muchisimo! asi la meto en lo mejor del año :D ahora que le haga su entrada sin duda pondre tu post de referencia, si te parece bien
ResponderEliminar:P Que vengan las grandes pelis :D
Buena semana men
( a mi tmb me saca de onda lo de "mockumentary" )
Einer, me ha entrado una curiosidad terrible por ver una de esas viejas grabaciones que comentas. Aunque no creo que en aquella época se hiciesen este tipo de películas con el mismo propósito de hoy. Es decir, por lo que he leído en tu comentario, hacer falsos documentales era algo así como remendar una metedura de pata jaja pero oye, sería interesantísimo ver un falso documental de terror rodado en 1910, por ejemplo.
ResponderEliminarCabrero, yo en cambio soy fan del cine de terror europeo. De hecho, pienso que Europa es uno de los lugares donde se hacen mejores y más originales películas de terror. Quizá sea porque todo me es, digamos, más cotidiano.
Y si, Déjame entrar es maravillosa, incluso su innecesario remake.
Raül, nada de notas repelentes hombre, que siempre es bueno leer apuntes curiosos sobre los temas que nos gustan.
Como he dicho antes, yo también he visto algunos falsos documentales muy buenos, y otros que son una castaña, pero es algo que pasa con todo. Hay cosas buenas y cosas malas. No hay géneros ni estilos en los que todo se haga bien.
Lo que si es verdad es que hay gente que no soporta el falso documental. Unos porque se marean por los bruscos movimientos de cámara, otros porque opinan que estas películas son sosas... vamos, que hay diversidad de opiniones. A mí personalmente me encantan, ya que el realismo con el que se graban estas películas hace que me meta en la historia y el ambiente, algo fundamental, creo yo.
Apollo 18 es verdad que tiene pinta de ser sosísima, y eso que la anterior película de su director (El rey de la montaña) me parece todo un logro, pero Apollo 18 no sé. La veré, pero creo que no me entusiasmará.
Reptilio, puedes usar este blog como referencia siempre que quieras. Es un placer, aunque creo que mis conocimientos sobre la matería son demasiado pobres como para tomarlos de forma referencial, pero eso ya lo dejo a tu elección jaja.
En el caso de Flaherty sí, porque quemó sin querer los negativos pero, por ejemplo, tienes en el 57 un vídeo que emitieron en la BBC titulado La cosecha suiza de espaguetis donde afirmaban que los suizos habían inventado un árbol de espaguetis y se veía a unos tíos cogiendo espaguetis de los árboles. Se vendió como cierto y muchos panolis llamaron a la emisora para averiguar dónde vendían semillas de árbol de espaguetis. XD En la emisora les decían que plantaran un espagueti en una lata de tomate y a ver si había suerte. Cosas de estas ha habido siempre, aunque quizás Mondo cane y Holocausto caníbal fueran las que popularizaron el término. Si te interesa el tema el compañero David Amorós de Lost Highway blog escribió hace algún tiempo un artículo muy bueno sobre el tema.
ResponderEliminar¡anda! eso del árbol de espaguetis lo leí hace poco en no sé donde. Incluso vi una foto en blanco y negro de un tipo recolectando la pasta de uno de los árboles. ¿Qué habría pasado si en aquella época hubiesen visto Cloverfield? jaja
ResponderEliminarPues mira, me interesa. Porque de cine documental no he visto ninguna que me guste. No creo que sea problema del estilo, sino de no saber aprovecharlo, simplemente.
ResponderEliminarEsta sí que me atrae, así que la voy a apuntar.
En cuanto a lo que comenta Einer, creo que habría que diferenciar entre fraudes (algo falso que se pretende pasar por cierto) y las películas falso documental (algo que se sabe que es falso y se juega a que es verdadero). Por otro lado tenemos las bromas o cosas que son interpretadas por ciertas cuando obviamente no lo son (no por nada incluyen en las películas -incluso las basadas en hecho reales y biopics- mensajes aclarando que todo es ficción). Sobre esto último recordar el famoso caso de la emisión que hizo Orson Welles adaptando La guerra de los mundos de H. G. Wells: al principio del programa se dice que es una adaptación del libro, se hacen pausas publicitarias indicando que se está escuchando simplemente un programa ficticio de radio, y a pesar de todo mucha gente pensó que era real y hubo grandes escenas de pánico, aunque Welles nunca pretendió que se tomase como algo real.
ResponderEliminarlady, es que hay dos tipos de falsos documentales; los que intentan hacerse pasar por reales (normalmente son más minimalistas) y los tipo [Rec], cloverfield o la propia Troll Hunter, dónde se usan efectos especiales y hay mucha más espectacularidad. No sé cual de los dos tipos te interesa más, pero hay cosas buenas en ambas modalidades.
ResponderEliminarRaül, a eso me refería con lo que le he dicho a Lady Vengeance. Aunque casos en los que se mezclan ambos conceptos, por ejemplo, en Troll Hunter sale al principio un rótulo afirmando que lo que vamos a ver fue analizado por expertos y llegaron a la conclusión de que era real. Aunque dudo mucho que el director sea tan tonto como para pensar que lo que sale en la película es mínimamente creíble. Sencillamente es un cachondo, no hay más que ver el epílogo.
Por cierto, Raül, tu que eres una enciclopedia cinéfaga con patas ¿sabes algo de la película Ataúdes de Luz, de nacho cerdá? Me parece un proyecto interesantísimo, pero me da que está más muerto que el pollo frito.
Pues no sé, se ha quedado en el limbo de las películas sin distribuidora.
ResponderEliminarla peli es super buena hay varios aspectos que tienen muy encuenta me gusto mnucho
ResponderEliminarla vdd esqe no parecen efectos especiales cuando salen los trolls y es una pena qe noruega no confiese que tiene trolls
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