Es difícil tratar de sacar conclusiones metafóricas o incluso filosóficas de una película de terror gore como es el caso de Basket Case, pero en cierta medida las reseñas que afirman que esta película es una metáfora sobre el bien y el mal, nuestra parte más animal en contraposición a la racional, la cual lucha por evitar que la animal dé rienda a sus instintos más primarios y salvajes.
Básicamente ese es el argumento central de esta película; la historia de dos hermanos siameses que fueron separados contra su voluntad. Ellos son Duane, el hermano con apariencia normal, y Belial, una especie de cabeza horrible con brazos, colmillos y muy mala leche. Belial siempre va encerrado en una cesta de mimbre (salvo cuando se escapa) que su hermano Duane lleva a todas partes consigo.
No hace falta especificar quién de ellos representa la parte malvada que todo ser humano tiene en su interior.
Sobreanalizar una película de esta calaña puede ser divertido, incluso curioso, pero posiblemente en vano. Dudo que Frank Henenlotter, el director, tuviese la más mínima intención de ofrecer dobles lecturas ni un trasfondo Freudiano.
Basket Case no deja de ser una simple historia de venganzas con abundantes dosis de sangre, humor y bizarrismo, todo ello sin apenas presupuesto, cosa que podemos comprobar apreciando los pobres (pero entrañables, como siempre) efectos especiales, las lamentables interpretaciones y, en definitiva, la torpeza visual de un director inexperto pero con ganas de enseñarnos su obra y contarnos una historia por muy extravagante que esta sea, haciendo frente como un campeón a la ausencia total de recursos económicos.
Henenlotter rodó esta película con una cámara de escasa calidad, grabando en algunos lugares sin permiso, al estilo guerrilla. Todo esto le da a la película una ambientación sucia y demacrada, como la vida misma, y es un detalle que le sienta verdaderamente bien a una película de este tipo. Basket Case está a medio paso de ser un filme amateur, si es que no lo es del todo.
Como he dicho antes, los efectos especiales destacan por lo cutres que resultan, aunque no por esto dejan de ser efectivos. Hay una secuencia realizada en stop-motion que me sacó una sonrisa, primero por el aspecto de Belial, que en parte resulta aterrador y cómico a partes iguales, y luego por lo mal hecha que está dicha secuencia, algo totalmente comprensible tratándose de un filme de escasísimo presupuesto. Además, siempre he visto una belleza especial en estas producciones tan desastrosas, tanto a nivel interpretativo, como técnico y argumental.
No puedo evitarlo, siento predilección por los directores de cine que sacan adelante su película, enfrentándose a toda clase de obstáculos, incluyendo el peor de todos ellos: la falta de dinero.
Hacer una película por amor al arte, a sabiendas de que puede que no consigas recuperar ni un céntimo de todo lo que has invertido de tu propio bolsillo, me parece la mayor expresión de cariño hacia el séptimo arte que se puede dar.
La verdad es que yo soy de ésos que en su reseña realizaba una lectura comparando la relación entre Duane y Belial con la relación entre el ego y el superyo. Más curiosa es la segunda y tercera parte donde se invierten los roles: Belial es cada vez más "normal" (encuentra el amor, forma una familia, forma parte de una comunidad) y Duane se convierte en el freak que no encaja en ningún sitio.
ResponderEliminarCurioso lo que comentas. No he visto ninguna de las secuelas, pero sé que en la tercera Belial llega a tener descendencia, algo que me dejó con el culo torcido cuando lo supe.
ResponderEliminarjaja! tiene pinta!
ResponderEliminarÉchale un vistazo, Bea. Igual te gusta.
ResponderEliminarImagina una versión cachonda del cine de David Cronemberg, con unas pinceladas de las primeras películas de Peter Jackson y Sam Raimi. Pues eso es Basket Case.
y tendra algo que ver con la cancion de green day?
ResponderEliminarreptilio, si te digo la verdad, ni lo sé ni he escuchado la canción, pero me sé que existe.
ResponderEliminarEsta peli es genial!
ResponderEliminar¡Hola Faiting! gracias por seguir mi blog y por el comentario. ¡Bienvenido!
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