Internet es una fuente de sabiduría e información, pero también es cierto que en la red de redes podemos encontrar a mucho tonto suelto con una webcam. En serio, habría que regular la venta de esas cámaras en función de la inteligencia del comprador, porque menudas perlas se pueden encontrar uno si profundiza un poquito.
Brutal Box, dirigida, escrita y co-protagonizada por Óscar Rojo no sólo habla sobre los especímenes que pululan por internet, sino de la audiencia que pueden llegar a tener.
¿Y qué busca dicha audiencia? El morbo, la violencia y la gilipollez pura y dura.
Creo que casi todos hemos escuchado hablar de "John cobra" y su archienemigo "el batu", dos imbéciles que se dedicaban a amenazarse y a tirarse los trastos a la cabeza usando youtube como medio de comunicación. Ya han caído en el olvido, por suerte.
También están esos vídeos porno grabados con cámara oculta, en los que una de las dos partes no sabe que lo están grabando vilmente (aunque la mayoría de estos vídeos son falsos, todo hay que decirlo.)
Y no nos olvidemos de esos adolescentes trastornados que hacen locuras para llamar la atención, llegando a grabar sus chorradas en ciertas ocasiones.
Bien, Brutal Box es una sátira sobre todo ese mundillo morboso que, a veces, podría pensarse que le está quitando audiencia a la televisión, puesto que en internet hay muy pocas reglas, y por lo tanto, todo vale. Cosas que en televisión no se podrían emitir jamás las encontramos fácilmente en la red.
El planteamiento de la película está bastante conseguido. Trata sobre una web especializada en colgar todo tipo de vídeos macabros y polémicos, y sobre la gente contrata por dicha web para conseguir más y mejores vídeos.
Lástima que el escaso (casi nulo, diría yo) presupuesto no diese para mostrar buenos momentos gore, los cuales brillan por su ausencia.
También hay que decir que las interpretaciones son una verdadera tomadura de pelo, casi amateurs, y que la banda sonora a base de hip hop desentona demasiado.
No obstante, quitando esos detalles, Brutal Box es una película disfrutable y entretenida (no llega a los 90 minutos), y aunque en general sea bastante cutre, lo que verdaderamente importa en éste tipo de propuestas es el mensaje que se intenta transmitir.
Y ya que estamos, aprovecho para hablaros del siguiente proyecto de Óscar Rojo; Omnívoros, un film que trata acerca de un periodista encargado de elaborar un reportaje sobre restaurantes clandestinos en los que miembros de la alta sociedad y demás pijos se reúnen para degustar carne humana.
Personalmente me parece una propuesta mucho más interesante que Brutal Box, y a tenor del trailer, más elaborada y enfermiza.
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