jueves, 4 de febrero de 2016

Los odiosos ocho


El cine de Quentin Tarantino se encuentra sujeto a una paradoja bastante peculiar: por una parte está confeccionado en torno a un estilo muy personal y unos elementos y recursos reconocibles que siempre están ahí y que todos sabemos que los vamos a encontrar, pero por otra parte (y aquí viene la paradoja) Tarantino sigue sorprendiendo pese a estar tan cerrado dentro de su marca.
Luego hay otro asunto que siempre me ha fascinado de este director: ¿un autor en toda regla capaz de conectar con el público mayoritario y tener éxito comercial? Pues sí, es posible. Pero en fin, esto daría para otro artículo, así que mejor lo dejamos para otra ocasión.


Los odiosos ocho es una película diferente si la comparamos con el resto de la filmografía de este director debido a un ritmo más pausado de lo normal, una temática diferente a la de sus últimas películas (esta vez no hay venganzas de por medio) y una trama más cercana al cine de Hitchcock o las novelas de Ágahta Christie, pero al mismo tiempo es un producto 100% Tarantino, ya que no faltan los diálogos brillantes, la banda sonora pegadiza, la violencia, la tensión y los personajes carismáticos y cabrones.
En esencia, se trata de una historia con tintes detectivescos muy obvios, con una trama llena de mentiras, personajes que no son quienes dicen ser e intereses económicos, pero la realidad es que si rascamos un poco encontraremos un trasfondo político y unas segundas lecturas que se harán más evidentes en posteriores visionados.

Teniendo en cuenta que el metraje asciende a casi tres horas de duración y que la inmensa mayoría de la historia se desarrolla entre cuatro paredes, cualquier espectador estándar pensaría que la película puede fallar en su dinamismo y ritmo, y de hecho estoy convencido de que si esta misma cinta hubiese estado escrita y dirigida por otra persona, habría resultado casi con total seguridad un aburrimiento. Sin embargo, Tarantino tiene una capacidad sobrenatural para conseguir captar la atención del espectador incluso cuando en pantalla no está sucediendo nada importante o trascendente. Por ejemplo, en Pulp Fiction, el personaje de John Travolta se pasa un buen rato hablando de hamburguesas, porros y masajes en los pies, algo que podría haberse eliminado de un plumazo sin que la trama se viese afectada por ello, pero los diálogos que escribe Tarantino son una delicia, de modo que al final nos termina haciendo gracia o impactando lo que sus personajes hablan o filosofan, aunque sus palabras no nos lleven a ningún sitio.

En Los odiosos ocho se lleva al extremo este punto, y desde luego aquel espectador que no esté familiarizado con el director o que busque un western al uso se desesperará ante la interminable charlatanería de los personajes que pueblan la película.
Sin embargo, cada fotograma rodado por Tarantino resulta interesante de un modo u otro, ya se trate de un plano concreto, un duelo interpretativo, un recurso visual o una secuencia rodada con pulso divino, de modo que al final da igual que la acción y la explosión de violencia no empiecen hasta la segunda mitad de la cinta, ya que todo lo anterior ha sido bellísimo. Alargado de forma innecesaria, puede, pero ojalá todos supieran alargar como lo hace Tarantino.

El reparto, un apartado que siempre es de lujo con este director, está encabezado por el legendario Kurt Russell y por el habitual Samuel L. Jackson (iba a decir que es habitual en las películas de Tarantino, pero en realidad lo es en todo el cine de los últimos veinticinco años). También destacan la olvidada Jennifer Jason Leigh y el estupendo Walton Goggins, un actor al que alguien debería darle un papel protagonista lo antes posible.
Otro elemento a destacar sería la banda sonora del inmortal Ennio Morricone, en la que hace uso de temas compuestos exclusivamente para la película y de piezas descartadas para La Cosa, de John Carpenter.


En definitiva, un western que puede gustar incluso a quienes no sienten simpatía por este género y una película de Tarantino que hará las delicias de todo fan. 

6 comentarios:

  1. La banda sonora no es el único guiño a La cosa que hay en esta peli. A mí me gustó mucho. Por un lado me recuerda a Reservoir Dogs, con la localización casi única, la desconfianza y la paranoia que se empiezan a desarrollar entre los personajes. Por otro lado sigue la tónica de la anterior peli de Tarantino, no solo por el homenaje al spaghetti western estilo El gran silencio, también por el tema del racismo que vuelve a aparecer aquí. Las interpretaciones brillantes, la acción impresionante. Lo único que lamento es que la versión 70 mm sea muy cara de ver, por lo menos en Barcelona, así que espero que esa versión aparezca cuando se edite en Blu-ray.

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    1. Lo de los 70 mm me parece un capricho tonto de Tarantino, sobre todo teniendo en cuenta que en ese formato es casi imposible de estrenar.

      Los guiños a La Cosa van más allá, claro, empezando por la localización aislada por la nieve y terminando por la misma presencia de Kurt Russell.

      El asunto del racismo parece heredado de Django Unchained, efectivamente. De hecho, hasta donde sé, esta película iba a ser originariamente una secuela con título Django in the white hell.

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  2. Que tal Dr. Gonzo!
    Interesante y muy completa tu reseña, la firmo y la suscribo. Añadiría que con Tarantino suele pasar que o lo amas o lo odias, yo me anoto a su club de fans.
    Aunque el cine donde la he visto no contaba con una pantalla de las mas grandes si que enseguida se aprecia que aquí hay algo mas. Desgraciadamente luego leyendo algun articulo me entero de que dado que la peli esta rodada en formato clásico (vamos, el celuloide de toda la vida...) solo en ciertas salas que dispusiesen de unos proyectores en particular se disfrutaría de todo su esplendor.
    Creo que las peliculas de Tarantino cada vez tienen un publico mas especifico, quiero decir que como bien apuntas no todo el mundo esta dispuesto a tragarse un metraje tan largo, el personal hoy en dia se aburre en cuanto se encadenan mas de dos minutos de conversación, a mucha de la audiencia la interpretación le importa poco o mas bien nada, y asi podriamos seguir trazando un perfil del espectador medio, no quisiera que sonara a pedante pero esa es mi impresión.
    En cuanto al transfondo politico que mencionas, totalmente de acuerdo, creo que donde mas se nota es en el asunto racial, cuando trazan la linea en el suelo, viejos fantasmas norte/sur que todavia permanecen la sociedad actual.
    Por cierto, ¿recuerdas la caña que le dieron a Tarantino por utilizar el termino "nigger" en Django? Aunque todavía no la he visto en v.o (este finde la vere de nuevo en ingles, tengo ganas de comprobar ciertos detalles) me temo que ha vuelto a usar la palabra en cuestión varias veces, sobre esto Spike Lee le dio mucha caña. Luego estaba el asunto ese con los polis de NY creo, que llamaron a boicotear la peli pues el director habia participado en manis contra la violencia policial.
    En definitiva, la película me ha encantado y creo que Tarantino ya se ha hecho un hueco entre los grandes.
    Un saludo y hasta la próxima!

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    1. Hola Fran!

      Como he dicho en el comentario de arriba, lo de rodar la peli en 70 mm me parece más un capricho fetichista que otra cosa. Es decir, ¿para qué rodar así si casi no existen cines que proyecten en ese formato? Pero bueno, no voy a discutir demasiado la decisiones de Tarantino jaja

      Quentin siempre ha tenido un público muy específico, y creo que precisamente por eso está entre los mejores, como casi todos los directores que dirigen para un público concreto en vez de para la mayoría.

      Lo del término nigger y el cabreo de Spike Lee me parece una soplapollez por parte del director afroamericano. ¿Es que acaso él tiene el monopolio de la palabra por ser negro? Y por supuesto hay que tener en cuenta que estamos hablando de FICCIÓN, de modo que si Tarantino ha creado una serie de PERSONAJES de carácter racista, ¿por qué demonios no van a usar dicho término? ¡Si es el que usarían en la realidad! También es cierto que en el cine suelen retratar a negros que usan de forma constante el término "blanquito", ¿Acaso eso no es también despectivo? SÍ, pero sin embargo nadie se pone a lloriquear por eso... como es lógico.
      Lo que pienso de Spike es que es un gran director, pero también un racista de aúpa. Y el racismo, vaya en la dirección que vaya, es algo malo... Igual que todo aquello que huela a discriminación positiva.

      Un saludo!

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  3. Todo es mejor con Kurt Russell, la película... Raruna pero mola

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    1. Pues sí, Kurt Russell lo mejora todo. De hecho, acabo de leer que ya ha sido confirmado para Guardianes de la Galaxia 2 :D

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