Con el notable remake de Evil Dead, Fede Álvarez demostró ser un
director con entidad propia y un gusto por la estética que siempre es
bienvenido. Su debut fue sorprendente y estimulante, un regalo para los fans de
la película original (incluso se preocupó de que los efectos prácticos tuviesen
más peso que los digitales), y ahora regresa con No Respires, una película muy
diferente que, sin embargo, sigue dejando ver que su director es alguien a
tener en cuenta.
No Respires es la historia de un grupo de ladrones que decide
llevar a cabo un trabajo tan fácil como despreciable: robar en la casa de un
ciego. Pero las cosas se torcerán cuando descubran que su “víctima” es una
implacable máquina de matar que no necesita ojos para despacharte.
De modo que estamos ante una
película de robos llena de suspense y tensión en lugar del festival de tripas y
sangre que Álvarez nos ofreció en su ópera prima, y eso es bueno; no porque no
me guste una buena ración de gore, sino porque los directores que en cada
película hacen algo nuevo, huyendo del encasillamiento, me parecen los más
interesantes.
No sabría decir si No Respires es una película de terror,
un thriller de suspense… o todo a la vez, puesto que la mezcla de géneros está
ahí, es un hecho, y ambos en proporciones más o menos similares. Es una
película que habría gustado a Hitchcock, pero también al Tobe Hopper de La
Matanza de Texas.
Por un lado, la película empieza
fuerte, sin rodeos, al grano, y así se mantiene hasta el último minuto. La
sucesión de momentos cargados de tensión o terror es constante, llegando a su
punto álgido en la recta final, cuando un par de giros de guión nos dejan
chafados y con las perspectivas renovadas. Porque No Respires juega con la empatía del espectador: logra que uno esté
de parte de los ladrones (sobre todo de ella, por su precaria situación), pero
también de la víctima, que a fin de cuentas sólo es un ciego (enorme Stephen
Lang) tratando de defender su casa, ¿y qué hay más rastrero que robar a un
ciego? Entonces, sin que lo veamos venir, la película vuelve a hacernos cambiar
de opinión respecto a nuestras simpatías.
Más allá del gran trabajo de
dirección y sonido (muy importante este último elemento) del que hace gala No Respires, hay que reconocerle, por
encima de todo, un guión logradísimo en el que prima el uso de la atmósfera
agobiante y el suspense para inquietar al espectador, en vez de los típicos
sustos baratos con subida de volumen tan socorridos en el actual cine de terror
comercial, y no es que no los haya aquí, pero son una minoría que ni merece
mención. Ves la película y no sientes que vaya destinada a un público idiota.
En resumen, buen cine de
terror/suspense, del que cada fin de semana echo de menos en las grandes salas.
Fede Álvarez sigue mereciendo
toda nuestra atención.
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