Después del exitazo de Reservoir Dogs y Pulp Fiction, ambas de Quentin Tarantino, Roger Avary, co-guionista de la segunda, decidió embarcarse en la dirección de una película titulada Killing Zoe, producida por Tarantino, que aunque no fuese el director, su nombre era el que aparecia más grande en el cartel ya que a Avary no lo conocia ni Dios.
Killing Zoe, ambientada en París, nos cuenta la historia de Zed, un ladrón que viaja a la ciudad del amor para un trabajito. La noche antes del golpe conoce a una prostituta de la que se enamora, pero por cuestiones profesionales se ve obligado a despedirse de ella bruscamente.
Es entonces cuando entra en acción el chalado de Eric, el amigo de Zed, y jefe de la banda de energúmenos que van a robar el banco.
Para sorpresa de Zed, una de las empleadas del banco (y ahora rehén de Eric) es la prostituta de la que está enamorado, por lo que tendrá que decidir entre dejarla morir o enfrentarse a su peligroso amigo.
La película está dividida en dos partes; la noche antes del robo, y el robo. Todo ello contado de una forma bastante frenética y en ocasiones siniestra, en especial la primera mitad, donde se respira caos y mal rollo. Un oscuro (literalmente hablando) viaje a las entrañas de París. El verdadero París, según Eric.
Nos sumergimos en un mundo de drogas, alcohol, alucinación...
Después de esto pasamos al atraco, el meollo. Toda esta parte está planteada de forma violentísima, en la que la ejecución de un rehén es algo tan simple como berberse un vaso de agua. Todo empieza mas o menos bien, hasta que Eric descubre que el banco esta rodeado por la policia. Es entonces cuando pierde el control; cuando se convierte en un total psicópata que pretender matar a todo el mundo y traicionar a sus hombres si es necesario. No obstante, es alguien que ya no tiene nada que perder (si atendemos a uno de los comentarios que hace durante la primera mitad de la película) así que, en parte, es comprensible esa actitud suya de "que me maten si quieren, pero yo no me rindo sin dar por culo".
Se puede decir que Killing Zoe es una buena película de atracos, pero el mayor de sus defectos es el fallido intento de copiar el cine de Tarantino. Y es que si copias a Tarantino te la juegas al todo o nada. O eres un genio, o haces el ridículo. Killing Zoe no llega a caer en el ridículo, pero si que se le ve el plumero en un par de ocasiones.
En resumen es una buena película, gratuitamente violenta pero entretenida, con un planteamiento original y una estética, a mi juicio, muy europea (sin serlo)
tú y tu afán por ver peliculas violentas porque sí...
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