El ente

Antes de nada quiero dejar claro que no me gustan las películas de fantasmas. Las odio. En serio, me toca las narices que nadie trate este tema con un mínimo de realismo, sin tener que tirar de escenas espectaculares con las que es imposible sentirse identificado.

Las únicas películas de fantasmas que, bajo mi criterio, valen la pena, son El resplandor, Paranormal Activity, y esta de la que vamos a hablar. Igual se me escapa alguna, pero vamos, poquita cosa.

Basada en hechos reales, aunque supongo que exagerados hasta límites inauditos, (y eso si realmente se basa en hechos reales, claro), El ente nos presenta la historia de una madre soltera interpretada por Barbara Hershey, que empieza a ser violada por un fantasma. Así de claro y rotundo.

El argumento puede resultar ridículo y hasta cómico, por eso mismo tardé tanto en verla. No me esperaba nada de una película con una sinopsis tan grotesca, pero andaba equivocado.

El ente no sólo es realista, aunque haya ciertas escenas inverosímiles, sino que también resulta tensa y dramática. Una especie de drama familiar con trasfondo paranormal (no os toméis muy en serio esta última frase)

Las escenas de las violaciones podrían ser ridículas tratándose el agresor de un fantasma, pero están muy bien resueltas. La mujer es zarandeada, abofeteada y golpeada con violencia en momentos que no espera, de buenas a primeras.

Su director, Sidney J. Furie, consigue crear tensión en los momentos previos a las violaciones, y luego, a estas, las dota de una gran fuerza y agresividad. Parte de este mérito lo tiene la potente banda sonora compuesta por Charles Bernstein, que luego usó Quentin Tarantino en su última película hasta la fecha, Malditos Bastardos.

También me gusta mucho el hecho de que el fantasma en cuestión se manifieste en forma de rayos eléctricos, nada de figuras humanoides traslúcidas ni formas monstruosas.

Luego está la escena del helio líquido, que me parece demasido fantástica y muy poco creíble, además de ir en contra del tono de la película, pero aún así resulta curiosa y acojonante.

Pero sobre todas las cosas, destaco la escalofriante escena en la que el fantasma habla por primera y última vez. La protagonista está en casa, totalmente sola. De repente se abre una puerta y se oye una siniestra voz de ultratumba que grita bienvenida, puta. No digo más.