De la Bruja de Blair al monstruo que arrasó Nueva York

Odiado por unos y admirado por otros, el falso documental lleva ya muchísimos años brindándonos películas buenas, malas y regulares. Lo cierto es que es muy fácil meter la pata con esta forma de rodar, pero si se hace bien pueden conseguirse resultados interesantísimos. 

El falso documental, o mockumentary, está de moda hoy en día, llegando incluso a saturar a determinado público, pero es comprensible que se apueste por este estilo, ya que el presupuesto necesario para hacer una de estas películas es bastante reducido, y como es lógico, eso gusta a los productores, ya que es difícil no conseguir beneficios. 

A mí modo de ver existen dos modalidades dentro del mockumentary; el que intenta hacerse pasar por real, y el que en ningún momento intenta hacer tal cosa, pues apuesta por la espectacularidad visual aunque todo tenga estética de vídeo casero.

El género que más uso hace de este estilo es el terror, pero también encontramos comedias como This is Spinal Tap, toma el dinero y corre o Brüno, y películas de ciencia ficción como Distrito 9 (en parte) o Chronicle. 

El origen del falso documental se remonta a los años 60, con títulos como Mondo Cane, y en los 70, con la mítica Holocausto Canibal, quizá el primer mockumentary que provocó un auténtico revuelo, y si no que se lo digan a su director, Ruggero Deodato, quien tuvo que demostrar ante un tribunal que todos los actores de la película estaban vivos. 

Y bueno, después de este rollo de introducción puedo pasar a comentar algunos de los falsos documentales más destacables de los últimos años. Unos han gustado más y otros menos, pero ninguno ha causado indiferencia. 

El proyecto de la Bruja de Blair: Quizá una de las películas que más miedo me ha dado, y una de las que más dio que hablar en su momento.

El fenómeno comenzó en internet, en la web oficial de la película, donde se aseguraba que la grabación era completamente real. Los directores crearon una mitología alrededor de la bruja y su historia, por lo que la leyenda que se habían inventado resultaba verosímil y creíble. 

El morbo de la gente hizo el resto, y cuando la película se estrenó en cines se convirtió en un éxito de taquilla rotundo, pero imagino que aunque su taquilla hubiese sido más discreta habría conseguido recuperar el minúsculo presupuesto de la película.

La historia trata sobre un grupo de jóvenes que deciden grabar un documental sobre la Bruja de Blair. Para ello se adentran en el bosque donde supuestamente se aparece dicha bruja, y ahí empiezan los problemas.
Se hizo una secuela que, si bien no conserva la atmósfera terrorífica y el estilo documental de la original, a mí me pareció bastante digna. 

Cloverfield: esta producción de J.J Abrams da una vuelta de tuerca radical en el mundo de falso documental, incluyendo impresionantes efectos digitales y presupuestos muy elevados tratándose de un. Al igual que ocurrió con El proyecto de la Bruja de Blair, mucho antes del estreno en cines se le empezó a dar bombo en internet mediante una enigmática campaña viral que mantuvo en vilo (me incluyo) a cientos de curiosos que se pasaban en día delante del ordenador buscando pistas sobre el origen y aspecto del monstruo que ataca Nueva York en la película. Y es que esto era lo único que se podía sacar en claro: la película trataba sobre el ataque de un monstruo gigante a Nueva York.

Con este tipo de campañas virales siempre ocurre igual; se generan fans antes de haber visto la película en cuestión, y eso hace que muchos se lleven un chasco enorme por culpa del hype. Yo tuve la suerte de no salir decepcionado del cine, al contrario; el resultado final me entusiasmó más de lo que pensaba. 

Ocurrió cerca de su casa: Rodada en blanco y negro, quizá para resaltar la crudeza de lo que muestra, esta película sigue las andanzas de un desquiciado asesino en serie cuyas fechorías son grabadas en vídeo como parte de un documental. 

No se trata exactamente de una película de terror (de hecho no lo es), pero en cierta medida da miedo la forma en la que se trata el tema, porque no me cuesta imaginar que si un sádico fuese grabado en todo momento, igual que en Ocurrió cerca de su casa, sus reacciones, comentarios y forma de actuar serían idénticas a las del protagonista de la película. 

Y es que no hay más, el argumento es ese. Es algo así como Henry, retrato de un asesino en formato documental, con la misma violencia explícita y esa crudeza que, vista a modo de falso documental, impacta el doble. 

[REC]: mucho se ha hablado ya de esta película española que resultó ser un éxito de taquilla considerable. Esta vez la cosa no iba ni de fantasmas ni de asesinos en serie, sino de zombies, algo que tarde o temprano se le tenía que ocurrir a alguien. 

Nuevamente estamos ante un mockumentary que ni en broma intenta hacerse pasar por real, en el que abunda la acción y el gore, así como los sustos fáciles y esa sensación del espectador de estar recorriendo una casa del terror en la que no sabe con qué se puede encontrar en la siguiente esquina. 

Una gallina de los huevos de oro, ya que se ha convertido en una rentable franquicia. 

Paranormal Activity: Otra gallina de los huevos de oro que se aproxima al estilo minimalista y verosímil de El proyecto de la Bruja de Blair. 

Una trilogía (de momento) en la que cada película ha costado una miseria y ha recaudado millonadas. 

Mucha gente criticó negativamente a esta saga precisamente por lo poco espectacular que resulta, ya que no cuenta con grandes alardes ni situaciones especialmente llamativas, aunque eso no quita que haya momentos logradísimos que pongan los pelos de punta. 

A mí personalmente me encanta, pues aborda el tema de la casa encantada, algo visto en el cine miles de veces pero casi nunca tratado como es debido, de una forma verosímil y perfectamente creíble. 

Troll Hunter: ya hablé de esta película en su momento (aquí) y comenté lo mucho que me había gustado. Es una heredera directa del estilo impactante y espectacular de Cloverfield, donde, pese a la estética de falso documental, no se escatima en efectos especiales y escenas de acción impresionantes.

Luego existe un puñado de mockumentarys que han pasado sin pena ni gloria, con escasa o nula repercusión, aunque no por ello merecen ser ignorados. Algunos de mis favoritos son The Black Door, The tunnel y el manuscrito Lovecraft. 

Pero no nos olvidemos de una cosa; aunque haya hablado de mis falsos documentales favoritos, también hay que decir que he visto verdaderos bodrios a los que es mejor no acercarse, como La cuarta fase, El último exorcismo o Devil Inside, a cada cual más mala y peor resuelta.