Vivir en un pueblo. No, gracias.

Me hace gracia que la gente hable de lo bien que se vive en un pueblo. La tranquilidad que se respira y la sencillez de la gente hace de estos lugares pequeños paraísos y remansos de paz. Bien, todo eso es MENTIRA. 

Vivir en un pueblo es la puta mierda más grande que podéis echaros a la cara, hacedme caso, que yo vivo en uno, y en uno de los malos. ¿Por qué malo? Porque es casi tan grande como una ciudad, pero la gente tiene mentalidad de pueblo, y por supuesto, no existen los servicios que una ciudad puede ofrecer. Es decir, esto es un pueblo grande, pero sigue siendo un pueblo. 

La tranquilidad está muy bien para un par de días, pero luego os puedo jurar que os haría hervir la sangre. Sales a la calle, día tras día, y todo es exactamente igual. Te conoces cada rincón, cada cara, cada sonido. Es rutina en estado puro, para que me entendáis.

¿La gente de pueblo? Lo siento, de verdad que lo siento, pero no la trago. Y seguro que alguno de los lectores de este blog vive en un pueblo, y sé que me odiará y no volverá a entrar aquí jamás, pero de verdad, no la trago. Y hay de todo, como es lógico, pero la mayoría son personas de mente cuadriculada, incapaces de ver más allá de sus narices. Gente que tacha de raro todo aquello que desconocen. No, amigos, no es raro, lo que ocurre es que vosotros no estáis informados, que es distinto. Una persona normal, cuando descubre algo que no sabe qué es, intenta aprender, informarse... lo LÓGICO, creo. Lo que no haces es fruncir el ceño y decir con cara de asco qué raaaaro. 

Sí, queridos, con esto tengo que lidiar casi a diario. Frases del tipo qué películas más raras ves, qué música más rara escuchas, o qué libros más raros lees (aunque leer, en general, sea lo que sea, no está bien visto. Todo lo que no sea tener en las manos un smartphone con WhatApp, es de frikis. Lo sé por experiencia porque acostumbro a llevar siempre un libro o un tebeo encima siempre que tengo que esperar en algún sitio, como la parada del autobús, y me consta que te miran como si estuvieses devorando un bebé usando como plato el vientre de su madre abierto en canal).
Cuando os han dicho eso unas doscientas veces y diariamente os mirar raro sólo por no ser como ellos, os aseguro que dan ganas de gritar ¡cierra la boca, gañán!

Si no ves Telecinco, eres raro. Si no escuchas reggeaton o grupitos agitanaos de flamenco pop, eres raro. Si no lees Crepúsculo o la mierda de saga literaria que esté de moda en el momento, eres raro. 

La única forma de no ser tachado de raro en un sitio de éstos es yendo a favor de la corriente. Teniendo los mismos gustos y aficiones que la manada. Siendo un borrego agilipollado, vamos.
Por supuesto el 100% de la gente de pueblo no es así, de hecho me consta que donde vivo hay personas dignas con las que se puede hablar de todo, pero son una minoría, por eso es lícito generalizar. 

Y bueno, si tienes unas aficiones como las mías (cine, cómics, libros...), aquí te puedes morir de asco. Primero porque no hay tiendas especializadas (eso sí, bazares chinos, iglesias y bares los hay a patadas), y segundo porque la gente es tan "especial" que es incapaz de comprender que una persona prefiera gastarse el dinero en ir al cine, comprar dvd´s y blu rays, libros y cómics, antes que dejarse diez euros en un botellón o en pagar la entrada de una discoteca roñosa y llena de canis, chonis, pijos Peperos y demás fauna poco recomendable con seis o siete neuronas operativas. 

No estás haciendo lo que hace la mayoría, por lo tanto eres raro, friki, pardillo, o su puta madre crucificada. Pero teniendo en cuenta que casi todos los jóvenes de por aquí son canis y chonis, entiendo que no se tolere nada que vaya más allá de lo "normal" (botellón, coches y motos, fútbol, Semana Santa y preñarse antes de los 21). Ya sabemos cómo esta people se las gasta intelectualmente hablando.

Bueno, otro inconveniente de ser amante del cine en un lugar como éste es que prácticamente no hay cines. Aquí tenemos uno (y gracias doy), con ocho miserables salas. La mayoría de los estrenos interesantes los ignoran, pero les falta tiempo para estrenar la típica mierda ultracomercial, y a veces ni eso.

Aunque por otra parte los entiendo:¿Para qué van a molestarse en construir un cine como Dios manda si al 98% del personal le importa un carajo el séptimo arte? 

Yo tengo que escaparme a la capital una o dos veces al mes para poder comprar lo que me gusta, para ver ciertas películas y para despejarme. Para desintoxicarme del ambiente rancio y aburrido del pueblo, a fin de cuentas.

Sé que en las grandes ciudades existen los mismos gilipollas garrulos que en un pueblo, pero al haber muchísima más gente, también hay más diversidad. Puedes elegir, pero aquí no.

Así que, a los que vivís en capitales o ciudad, deciros que os envidio. Ole vuestros cojones y vuestra suerte, porque vivir en un pueblo es una completa tortura.

¿Por qué estoy hablando hoy de esto? Principalmente porque no se me ocurre ninguna película que reseñar, y segundo, porque estamos a final de mes y necesito ya mi dosis de ciudad, así que estoy un poco atacado de los nervios.

¡¡POLLAS, TETAS, NAZIS!!
Ahora que he captado vuestra atención aprovecho para deciros que he escrito un libro.
En el siguiente enlace lo podéis descargar gratis, chavales. ¿Por qué no le echáis un vistazo y me dais vuestra opinión? :)
SANGRE EN LA PARED