¡La hostia, llevo más de dos meses sin actualizar el blog! La verdad es que tenía pensado darle un parón de un mes, por eso de que era verano y tal, pero es que ya estamos en noviembre y sigo tocándome los huevos de forma indiscriminada y con alevosía.
No, ya en serio. Soy consciente del tiempo que llevo sin escribir, y es verdad que todo empezó como unas "vacaciones", pero al final las alargué voluntariamente porque no tenía ganas de escribir. Esto es así, no hay más excusa que esa; no me apetecía escribir. Para empezar, sigo trabajando en mi novela, con lo cual cada vez que saco tiempo para escribir lo dedico al libro, ya que de otra forma siento que estoy "perdiendo el tiempo". Y luego, en general, me invadió cierta desgana respecto al blog... Pero bueno, creo que este parón de dos meses me ha venido bien para renovar energías y ganas.
Durante este tiempo he visto bastante cine (como no podía ser de otra forma tratándose de mí), así que tengo material de sobra para futuras entradas, pero de momento quiero empezar hablando de La Cumbre Escarlata, una película que reúne todos los ingredientes para no gustarme (terror -más o menos- comercial y género de fantasmas) y que sin embargo me ha entusiasmado como hacía tiempo que no me entusiasmaba. Y todo gracias a Guillermo del Toro, pues de haber sido otro el director dudo mucho que la hubiera visto.
Una película con un guión predecible
y poco original no augura nada bueno, pero si detrás hay un director capaz de
hacer brillar otros elementos hasta el punto de que las
carencias del guión pasen desapercibidas, entonces podemos decir que estamos ante una buena
película. Claro que para que esto ocurra, el director debe ser un fuera de
serie, alguien con la habilidad de convertir lo aburrido en oro. Es una lección
que aprendí gracias a Avatar, de James Cameron. Vale, el guión era
absolutamente tópico y carecía de originalidad, ¡pero no me negaréis que todo
lo demás es maravilloso! Pues eso también hay que tenerlo en cuenta a la hora
de evaluar. El problema viene cuando en una película no destaca nada, pero ese
es otro tema.
Si La Cumbre Escarlata hubiese
caído en manos de un director insulso, sin estilo propio ni talento, ahora
mismo no estaría hablando de ella, o lo que diría sería poco agradable; por
suerte, la persona que hay detrás de las cámaras es Guillermo del Toro, alguien
cuyas películas son siempre, como mínimo, interesantes y dignas de verse, y
esto se debe en parte a que es un hombre que ama el cine de terror y pone en
sus películas todo el cariño del mundo.
El director mejicano toma una
historia de fantasmas (lo cual no implica que La Cumbre Escarlata sea
necesariamente un filme de terror, ojo) arquetípica, en la que los espectros no
son los villanos ni la verdadera amenaza, sino que están ahí para avisar de los
peligros que se vienen encima o para dar pistas que sirvan para detener al
auténtico villano. Como bien dicen en la propia película, “esto no es una
historia de fantasmas, sino con fantasmas”. Entre una cosa y otra hay una
diferencia abismal, de modo que si hubiera que encajar de forma justa a la
película dentro de un género, sería el thriller. Otras películas que juegan en
esta ligan podrían ser Extraterrestre, de Nacho Vigalondo, o Zombies Party, de
Edgar Wright. Tanto en una como en otra hay un elemento extraño o paranormal,
pero ni mucho menos es el eje central de la historia. Están ahí, de fondo, pero
el corazón de la trama es otro. Es como si en Seven a Brad Pitt se le apareciera su abuela muerta para advertirle de que un asesino en serie se lo piensa hacer pasar muy mal. Tendríamos exactamente la misma película, pero con un fantasma pululando por ahí. Un fantasma de quita y pon, prescindible pero resultón... Pues eso es lo que ocurre más o menos en La Cumbre Escarlata.
Siendo justos, a los veinte
minutos de película es fácil deducir cuál va a ser el final, pero como ya he
dicho, habiendo un director tan potente como Guillermo del Toro detrás del
proyecto, es inevitable y necesario juzgar el conjunto. Claro, la historia es
predecible y arquetípica (no confundir con mediocre), pero todo eso se compensa
con un diseño de producción precioso donde todo es bonito, desde los escenarios
y el vestuario hasta los propios fantasmas, que por supuesto llevan el peculiar
sello del director y su buen gusto e imaginación a la hora de diseñar objetos y
monstruos. A todo esto hay que sumarle el pulso narrativo, el gran trabajo de
dirección y la facilidad de Guillermo del Toro para captar todo el interés del
espectador, porque una historia, sin importar lo innovadora u original que sea,
se puede contar bien o mal, y La Cumbre Escarlata está muy bien contada.
La película, como buena película
de Guillermo del Toro, posee todos los elementos característicos que hacen de
este director lo que es; autopsias, insectos, seres sobrenaturales bellos y
horribles al mismo tiempo, maquinarías y engranajes, explosiones de violencia,
auto homenajes, etc. Con esto quiero decir que aquellos que disfrutan del cine
de este director se van a sentir como en casa, y los que no lo soportan
seguirán sin soportarlo porque, para bien o para mal (para bien, en mi caso), Guillermo del Toro sigue siendo él mismo.
Hola otra vez! Sí que hacía tiempo.
ResponderEliminarCreo que, aunque estamos de acuerdo, has visto la película desde el ángulo equivocado, si me permites. Quiero decir que el film es una celebración del género gótico, así que incorpora todos los elementos del gótico literario y cinematográfico. No es que sea un guion predecible o poco original, sino que busca recrear el estilo, los motivos y los temas propios del género sin una gota de ironía. Es algo buscado, como los guiños a Mario Bava (el uso de los colores primarios en la fotografía) que fue un pionero en lo que se refiere al gótico cinematográfico y los guiños a Mary Shelley y Emily Bronte como representantes del gótico literario.
PD: también hay pelis de terror comercial buenas como Expediente Warren y Oculus, y en su momento comerciales y hoy clásicas como El exorcista, Alien...
Hola Raúl!
EliminarClaro, toda la película es eso, un enorme homenaje al gótico, pero eso no quita, a mi juicio, que del Toro se haya preocupado más por la estética y la ambientación que por el guión. Ojo, que no digo que esto sea algo negativo... Ya en el artículo comento que esta película tiene tantas virtudes que no necesita un guión innovador y lleno de giros. Basta con que sea efectivo.
Sobre las pelis de terror comerciales, siempre me refiero a las actuales. Para mi gusto, 9 de cada 10 son pésimas. Alguna se salva, claro, pero el grueso es bastante turronero :(
Que tal Dr. Gonzo!
ResponderEliminarCelebro que estés de vuelta. A mi también me paso algo similar, al final decidi subir la reja de nuevo...jeje
No la he visto todavía, alguien cercano me la puso bastante floja, aunque bueno, ya sabes como va esto de los gustos.
Por cierto, hace unos dias viendo The Martian estuve a punto de perder los estribos con el de la fila de delante, el tio tenia un mobil con una pantalla que despedia mas luz que un foco de aquellos de artilleria anti-aerea, te juro que me falto esto... No se si voy mayor o que me esta pasando, pero siempre intento ir a sesiones con poca o casi nada de gente.
Lo dicho, celebro que estes de vuelta, saludos!
Hola, Fran! Muchas gracias por el recibimiento :)
EliminarMucha gente ha ido a ver la película esperando una Expediente Warren victoriana o algo así, pero no van por ahí los tiros. Hay que verla con el enfoque adecuado... Es como si vas a ver El Laberinto del fauno pensando que es una peli de terror.
Tranquilo, no es que te estés haciendo mayor, sino que la gente en general tiene menos educación que un coyote. Además de ser bastante tonta, porque anda que pagar una entrada para pasarte toda la peli mirando el Subnormalizador (también conocido como smartphone) tiene cojones. Si no te gusta el cine, pues te quedas en casa viendo Gran Hermano o haciendo botellón o lo que demonios haga la gente gris y estándar en su tiempo libre, ¡pero no molestéis al resto!
Si de mí dependiese, al cine no entraba ni Dios con móvil. Los confiscaba en la entrada y los devolvía a la salida.
Impresionante. Una película muy recomendable, la verdad. Quizás sea predecible, pero yo me dejé llevar por ella, por su fotografía y quedé atrapado.
ResponderEliminarTiene varios fallos en el metrage que he supuesto que han ocurrido porque el Tito Toro ha cortado cinta y se le ha olvidado aclarar algunas cosas, pero en conjunto me parece cojonuda la película.
Pues sí, da igual que el guión sea bastante básico. Lo que cuenta en este caso es que todo lo demás es maravilloso y te atrapa :D
EliminarUn saludo!