martes, 10 de mayo de 2016

Techo y comida


Con Techo y Comida me ha pasado algo que hacía tiempo que no me ocurría: me ha parecido mala. Pero mala en el sentido más estricto de la palabra. MALA. Porque en general suelo hablar de películas que me gustan más, me gustan menos o no me gustan, pero casi nunca veo películas que de verdad considere malas dejando a un lado mis gustos personales, y en fin, le ha tocado a Techo y comida.
La película trata un tema tan actual como la crisis, la pobreza y el drama de los desahucios, y hasta ahí todo bien. El problema es que detrás de la cámara hay un director y guionista que ha jugado a ser Fernando León de Aranoa, pero le falta chispa e ingenio para llegar a ese nivel. Ha querido hacer Los lunes al sol de la década y la cosa no ha salido bien por diversas razones.

Para empezar, en un drama social de estas características hay que cuidar las interpretaciones, maldita sea. Para mí ese es un pilar básico, y los intérpretes de Techo y comida, encabezados por Natalia de Molina, están fatal. Su forma de actuar es digna de un corto amateur, y es una lástima porque poco después vi la genial KIKI, el amor se hace, de Paco León, y Natalia de Molina está genial… pero aquí no te la crees. Ni a ella ni a nadie, aunque si tengo que salvar a un actor sería al niño, que más o menos cumple.

También está por ahí Manuel Tallafé haciendo un papel pequeñito, pero entre que tampoco es un actor para tirar cohetes y que su personaje está mal llevado hasta el extremo (aparece en plano de forma brusca y metido con calzador, dice sus frases de villano esclavista arquetípico y desaparece hasta la próxima escena en la que le toca hablar), pues seguimos en las mismas.
Esta película debería haber sido desgarradora, pero la mediocridad de las interpretaciones consigue que a veces te salgas de la historia y que los momentos de mayor tensión dramática resulten ridículos.

Otro problema es la falta de sutilidad que tiene el director a la hora de contar la historia. Es todo tan directo, superficial y lleno de clichés rancios que a la media hora estás saturado por culpa del discurso panfletista en busca del aplauso y la lágrima fácil.
Todos los tópicos de este tipo de cine están concentrados aquí, y no sólo eso, sino que el director nos los restriega por la cara como si fuésemos tontos, para que nos quede claro (como si no lo supiésemos ya), que la crisis es muy mala, que los recortes son dañinos y que muchas familias lo están pasando mal. Insisto, en Los lunes al sol se habla más o menos de lo mismo y en ningún momento sientes que la cosa chirríe por ningún lado.


A veces es mejor mostrar la mitad y dejar que sea el espectador quien termine de atar cabos, sobre todo cuando el director se limita a encadenar momentos dramáticos de manual para llegar del punto A al B y luego al C. El resultado final es una rabieta de bar, de esas que todos escupimos cuando llevamos encima un par de cervezas y nos creemos capaces de arreglar el país.
Uno de los momentos más bochornosos y que resume todos los errores de la cinta viene en la escena donde la madre se abraza a su hijo y ambos rompen a llorar porque van a ser desahuciados, al mismo tiempo que de fondo vemos un grupo de futboleros celebrando por todo lo alto que España ha ganado el mundial. Una estampa que refleja la mala educación de un país adormecido que parece preocuparse más y estar dispuesto a sacar las uñas por cosas tan insignificantes e intrascendentes como el fútbol que por plantar cara al sistema que nos asfixia y roba día a día. Pan y circo.
Estoy completamente de acuerdo con lo que esta secuencia plantea, de hecho estoy de acuerdo con toda la película, pero no me parece que esté bien ejecutada. El momento fútbol queda forzado y artificial porque el director parece tener miedo de que su mensaje no quede claro, por eso recurre a lo explícito en vez de a lo sutil. Esta misma secuencia podría haberse realizado de una forma más discretita y, sobre todo, creíble.


Pero al final de todo, tras darle algunas vueltas a la película, creo que el principal problema está más en la época de su concepción que en la mediocre realización.
No hay un día en que no escuchemos hablar, en la calle o en los medios de comunicación, sobre desahucios, crisis, corrupción, recortes, etc. Es un tema demasiado habitual, demasiado actual y demasiado repetido como para pretender que una película que trata literalmente y punto por punto sobre esos mismos asuntos funcione. Es posible que si Techo y comida se hubiera estrenado dentro de diez años mi opinión acerca de ella fuese distinta, pero viéndola en 2016 y abarcando ésta el tema de la crisis tal y como se nos presenta a diario, no puedo más que considerarlo un filme poco interesante que no cuenta nada de lo que no estemos ya cansados de escuchar hablar.

Con más alegoría y menos panfletismo barato, el resultado hubiese sido mejor.

PD: Hay una escena en la que la protagonista resbuca comida en la basura. Pues bien, la tía se encuentra no sé cuántos paquetes de alimentos (galletas y cosas así) en perfecto estado, sin abrir ni manchar. Todo bien colocadito para que lo encuentre ella.
¡Anda y te vas por ahí! 

4 comentarios:

  1. Con críticas como esta siempre me queda la duda: ¿es realmente tan mala? Aunque solo la vea si algún día la ponen por yomvi o algo así, ya me queda la curiosidad de si realmente es tan nefasta. :D

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    1. Bueno, ya sabes que en esto hay mucha subjetividad... Igual tú la ves y te parece un drama social modesto (porque es una película modesta, ahí no cabe duda) pero aceptable.

      A mí en cambio me ha chirriado todo desde el minuto uno XD ¿Recuerdas aquél horrible corto de animación llamado Cuerdas? Pues Techo y Comida es su equivalente en lo que a la crisis se refiere.

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  2. Que tal Narciso!
    Leo con atención y tomo buena nota. Quizás este tipo de temática social merezca que todo salga redondo, dirección, interpretación, guión. De todas formas es una historia que quizas no le apetezca mucho al personal, ya sabes, al estar las cosas tan jodidas lo que a veces buscas es otro tipo de sensación y no salir mas deprimido de lo que entraste.
    Un saludo!

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    1. Hola Fran!
      Lo que más me molesta de la película no es la modesta calidad técnica (de hecho me parece comprensible), sino las pésimas interpretaciones y, por encima de cualquier otra cosa, que se limite a repetir punto por punto todo aquello que vemos diariamente en televisión y escuchamos hablar en la calle y redes sociales. Te metes en el muro de facebook de alguien de izquierdas, y encuentras un guión más complejo y elaborado que el de Techo y Comida. Y ojo, esto no lo digo con segundas ni mala intención. La política no es lo mío, pero si me piden que me posicione lo hago a la izquierda sin dudar y con la bandera republicana en la mano.

      Un saludo!

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