lunes, 20 de junio de 2016

Dos buenos tipos


Quizá el nombre de Shane Black, el director y guionista de Dos buenos tipos, no diga gran cosa al espectador casual, pero si recalcamos que este tío fue quien escribió los guiones de Arma Letal, El último boy scout, The monster Squad, y que además ha dirigido Iron Man 3 (que es la mejor de todas aunque el resto de la humanidad no se haya dado cuenta todavía) y la estupenda Kiss, Kiss, Bang, Bang, igual empezáis a mirarlo con otros ojos.
Este hombre, capaz de dejar su huella en cada uno de sus trabajos, tiene la sana capacidad de escribir guiones frescos, divertidos y llenos de buenos diálogos, por eso dos de sus películas más míticas (Arma Letal y El último Boy Scout) funcionan como un reloj suizo, ya que pertenecen a un subgénero (las buddy movies) al que las habilidades de Black le vienen como anillo al dedo.
Pero ya basta de dar la chapa. ¿Qué nos ofrece Dos buenos tipos? Pues, efectivamente, una buddy movie de manual perfectamente ejecutada, con geniales diálogos y una media de dos buenas ideas cada cinco minutos.

El argumento de Dos buenos tipos gira en torno a dos personajes completamente opuestos (un detective sinvergüenza interpretado por Ryan Gosling, y un matón a sueldo al que encarna Russell Crowe) que, en Los Ángeles de los años 70, se ven obligados a unir fuerzas para resolver un caso conspiratorio relacionado con dos grandes industrias: la del automóvil y la del porno.
A partir de aquí se sucederán un sinfín de momentos locos, graciosos y violentos a cargo de sus dos protagonistas, los cuales resultan carismáticos y entrañables gracias a la buena pluma de Shane Black y, sobre todo, a la química entre Ryan Gosling y Russell Crowe, dos actores que no han explotado su más que notable vis cómica.
Black consigue que el ritmo sea constante y que el espectador no sepa qué va a pasar dentro de diez minutos; primero porque el guión es así de bueno y estimulante, y segundo porque el director se encarga de colar un par de giros argumentales que convierten a la película en una montaña rusa.

Podría decirse que Dos buenos tipos es la secuela espiritual de Kiss, Kiss, Bang, Bang, ya que no hace falta tener un doctorado para ver que entre ambas hay bastantes elementos en común, pero lo más importante es que tanto una como otra poseen el mismo espíritu y ADN. Lo que quiero decir es que si os gustó la peli de Robert Downey Jr. y Val Kilmer, esta os va a gustar también porque es de la misma calaña… pero mejor, incluso.

De todas las cosas bonitas que se me ocurre decirle a la película, la más generosa es que si se hubiese hecho a principios/mediados de los 90, hoy sería de culto total y muy probablemente contaría con un par de secuelas. Esto último espero y deseo que se haga realidad aunque ya no estemos en los maravillosos 90. 

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