American psycho

Cuando pensé en escribir esta entrada dudaba de si centrarme en la novela o en la adaptación al cine, y finalmente he decidido decantarme por las dos cosas, pero dándole más importancia y bombo a la novela, por dos razones:

a) es el material original ¡qué coño!

b) es superior a la película, aunque esta tampoco se puede decir que sea mala.

American Psycho es la tercera novela de Bret Easton Ellis, que había cosechado un éxito rotundo con su primer libro, Menos que cero, el cual tuvo sus abundantes dosis de polémica debido a ciertos pasajes especialmente macabros (el de la película Snuff, por ejemplo), pero en el caso de American Psycho la cosa fue a más, incluso antes de su publicación. 

Como ya he dicho, antes de estar a la venta, esta novela había levantado ampollas en la sociedad, especialmente en la comunidad feminista (algo comprensible, en cierta forma), que se manifestó en las calles para protestar contra esta "guía para matar mujeres", según ellas. 

Pero quitando el hecho de que la mayoría de víctimas del protagonista de la novela sean mujeres, la extremadamente detallada descripción de los asesinatos, a cada cual más grotesco y desagradable, ya le habían otorgado a esta novela todas las papeletas para crear polémica (y esto, normalmente, es sinónimo de éxito), ya fuese a cargo de las feministas o de los típicos mojigatos que pululan por el mundo. 

La trama transcurre a finales de los años 80, y gira en torno a un ejecutivo llamado Patrick Bateman. Joven, guapo, adinerado e independiente, con un piso en la mejor zona de Manhattan y dueño de cientos de objetos de marcas caras, así como cliente asiduo de cualquier restaurante de lujo.

Todo parece perfecto en esta persona, pero lo cierto es que bajo sus trajes de Armani y sus cremas hidratantes para la cara se oculta una bestia asesina. Un monstruo psicópata carente de humanidad y sentimientos, y con una adicción letal al asesinato, la tortura, la necrofilia y el canibalismo.

Muchos tacharán a la novela como un simple slasher literario pasado de rosca, pero no cuesta entrever la metáfora que nos plantea el autor acerca del extremo materialismo, la soledad y la falta de identidad, así como una brutal crítica a la sociedad moderna y, más concretamente, a la burguesía. Es por esto último por lo que considero a Easton Ellis y su American Psycho la versión literaria y gore de Luis Buñuel. 

Habrá otros que se aburran leyendo este libro, ya que Ellis describe con pelos y señales cada objeto, ya sea un televisor, un traje o una cafetera, dándonos a conocer la marca, el diseñador o cualquier otro detalle que, en realidad, resultan completamente innecesarios, igual que esas páginas dedicadas a contar la historia de algunos grupos musicales como Génesis o la cantante Whitney Houston, entre otros, pero ¿realmente es innecesario dar esta información y detalles? Yo personalmente creo que no, ya que al ser una novela contada en primera persona, y siendo nuestro narrador un completo psicópata desquiciado, todo vale. Además, con ese elemento se refuerza la crítica hacia el materialismo y la superficialidad que el autor pretende hacer.

No hay más que fijarse en las numerosas incongruencias evidentes en lo que nos narra Bateman, en ocasiones, puras fantasmadas fantasiosas salidas de su inestable mente. 

Siendo esto así, podemos sacar dos conclusiones una vez acaba la novela; primero, Bateman no ha cometido ningún asesinato y todo ha sido producto de su imaginación. Segundo, Bateman ha matado a toda la gente que ha dicho. Tercero, el protagonista ha mezclado realidad y ficción, siendo ciertas algunas de las cosas que nos ha contado, y otras falsas. Yo, personalmente, me quedo con la tercera opción. 

Esto queda ya a gusto del lector. Cada cual que saque sus conclusiones. 

Y luego tenemos la película del 2000 dirigida por Mary Harron (si, irónicamente la dirigió una mujer) y protagonizada por Christian Bale, Reese Whiterspoon, Jared Leto y Willen Dafoe.

No es una mala adaptación ni mucho menos, ya que consigue lo mínimo que se tiene que conseguir a la hora de adaptar un libro o un cómic; captar el espíritu de la obra original.

La película, comprensiblemente, deja de lado los pasajes más gores del libro, ya que de haberlos adaptado con fidelidad no se hubiese podido estrenar, pero si deja intacta esa sensación en el espectador (o lector) de que algo no va bien. De que, de repente, hemos visto o leído algo que no tiene sentido. 

Repito, estamos en la mente de un psicópata ¿de qué nos sorprendemos?

Pero, como he mencionado antes, lo más importante queda impreso en el filme, pues hace la misma crítica mordaz que la novela, aunque prescinda de las escenas mas escabrosas.