La Andalucía de Lovecraft

Ahora que estamos en época rociera, es fácil poner la televisión y encontrar escenas añejas, primitivas y trasnochadas, protagonizadas por gente de otra época, de creencias respetables pero absurdas. 

A veces me da miedo vivir en Andalucía, un lugar lleno de chiflados religiosos llegados directamente de la Edad Media, y en ocasiones tengo miedo de cagarme en Dios en público y acabar quemado en la hoguera por una panda de viejos chiflados de la postguerra y militantes del PP de grandes patillas y polo Lacoste. 

una multitud hambrienta de Virgen. Nunca tienen suficiente. Todos están llorando y tirándose de los pelos 

Me parece bien que se crea en Dios, en La Virgen y en la madre que los parió a todos (aunque ni lo entienda ni lo comparta), pero cuando veo esas escenas esperpénticas de gente histérica llorando, gritando, cantando horrorosos cánticos y piropeando frenéticamente a un muñeco me avergüenzo de mi tierra.

Me vais a perdonar (o  no, me da igual), pero es de risa. Cosa de locos.  

Esas escenas me recuerdan a los típicos sectarios chiflados que llevan a cabo extraños ritos a la luz de la luna, mientras se bañan desnudos en sangre de bebés y comen corazones de perro. 

Lo que más me jode es que haya jóvenes que se metan en estos fregados. Ver a un chaval de veintipocos años cargando con el trono de un santo o una virgen como si le fuese la vida en ello me da hasta rabia. Qué forma más triste de enturbiar a las nuevas generaciones.

O esos padres que llevan a sus niños pequeños y los levantan para que toquen el trono, cuando al niño en realidad le importa todo dos cojones, pero ¿qué puede hacer el pobre? No puede evitar ser el juguete de sus padres, quienes intentan que su cachorro termine siendo tan retrógrado como ellos.

Y esto es el Rocío y la Semana Santa; gente enajenada y demencia colectiva. 

Repetición constante de frases tipo "ehto é una coza mu grande" o "ehto hay que vivihlo pa zabé lo que éh", o la clásica "¡¡¡¡¡Viva la Virgen der Rocío, GUAPA, GUAPA, GUAPAAAARRGH!!!!!"

En el programa 75 minutos de Canal Sur hicieron un reportaje sobre un pueblo recóndito de la Andalucía profunda en el que había vivido un tipo que, según decían (a saber...), hacía milagros y esos rollos. La cosa es que éste hombre murió y su casa se convirtió en una especie de santuario raro. Un lugar de peregrinación para locos. La gente iba a la casa y se arrodillaban ante ella mientras cantaban, rezaban y besaban las paredes. Todo muy jodido.  Muy de antes. Muy de gente con antorchas. 

Los reporteros intentaban entrevistar a los personajillos que correteaban por allí (como siempre, histéricos y llorando), pero nadie quería hacer declaraciones. Unas personas cegadas e ignorantes que no son capaces de pensar por sí mismas. A éstos me los imagino como a los del Rocío: desnudos a la luz de la luna, canturreando y realizando sacrificios de animales. ¿Qué queréis que os diga? Es lo que mi imaginación genera ante estos lugares y estas gentes tan modernas. 

No lo puedo evitar, este tipo de prácticas arcaicas me parecen ridículas y surrealistas, más aún estando en el año que estamos. Y sé que esto que estoy escribiendo no sirve para NADA, ni va a cambiar el mundo ni hará que esta gente deje de creer en las cosas que creen, pero oye, siempre me quedará la esperanza de que dentro de unas cuantas generaciones, ese negocio hipócrita, comecocos e inhumano que es la Iglesia desaparezca junto con la religión, al menos en los países más avanzados, porque con el Islam ni me molesto.

A ver si las nuevas generaciones se enteran de una puñetera vez de que la religión es un lastre social que debería ser cauterizado. Hacedme el favor y no os dejéis comer el tarro por una manada de viejos de otra época, infectados por lo rancio, el misticismo y la superchería.