Cazafantasmas

Cuando veo esta película me pongo triste y pienso que la vida es una mierda. Saber que jamás podré formar parte de ese equipo liderado por Peter Venkman me deprime y me quita las ganas de vivir. ¿Qué sentido tiene la vida si nunca podré llevar un equipo de protones sobre mi espalda y recorrer las calles de Nueva York a bordo del ECTO-1?

A veces me dejo llevar por la nostalgia y pongo por las nubes a películas que no merecen (objetivamente) más de un 5 de nota, y con Cazafantasmas me ocurre eso mismo. Me crié viéndola, y no sólo eso, sino que además es una película que termino viendo una vez al año como mínimo, y obviamente no le voy a dar un 5 raspado, sino un 10. 

Pero debo admitir que en esta ocasión no me estoy dejando llevar únicamente por la nostalgia, puesto que en realidad creo que Cazafantasmas es una joya del cine fantástico y uno de los títulos más emblemáticos de los años 80, dejando de lado mis obsesiones y demás. Joder, realmente creo que es una película ENORME que debería gustar a todo el mundo.

La idea base no puede ser más loca, y aunque todos la conozcáis de sobra, voy a explicarla: un grupo de colegas científicos descubren que, usando los métodos adecuados, es posible atrapar un espíritu y contenerlo indefinidamente. Sabiendo esto, deciden abrir un negocio en el ofrecen a sus clientes la posibilidad de librarse de la incómoda presencia de fantasmas cabrones. Como fumigadores contra plagas de ratas o cucarachas.

Aunque el argumento sea casi tan absurdo como el de Tortugas Ninja, la película está muy bien dirigida e interpretada, por lo que no parece una chorrada perpetrada por un puñado de colegas con ganas de cachondeo (aunque realmente sea eso). Cazafantasmas consigue lo inimaginable: que nos la podamos tomar en serio.

Es una locura técnicamente notable con muy buenos efectos especiales, aunque en el audiocomentario del dvd Ivan Reitman y Harold Ramis se parten el culo a costa de ellos. No me parecen tan malos como ellos dicen. 

También hay un magnífico equilibrio entre humor y terror. Digo terror porque hay escenas que, pese a tratarse de una comedia, ponen los pelos de punta, como la aparición de la bibliotecaria fantasma. Esto se acentúa en la secuela, Cazafantasmas 2, en la que encontramos numerosos momentos perturbadores, como el río de mocos subterráneo, el cuadro viviente o la secuencia del tren fantasma. 

Y hablando de fantasmas, este es otro de mis puntos favoritos de la saga. Me refiero al aspecto de estos, que difiere muchísimo de lo que estamos acostumbrados a ver en el cine, y es que la mayoría de los espectros parecen cualquier cosa menos personas. Casi todos son monstruos o personajillos grotescos con una apariencia muy de cómic, como Slimer, cuya personalidad glotona y gamberra está inspirada en el prematuramente fallecido John Belushi.

El reparto principal es otro de los puntos fuertes de la película, ya que todos los actores que interpretan a este grupo de científicos majaras resultaron ser muy buenos improvisando, lo que dio lugar a multitud de espontáneos momentos cómicos, casi todos a cargos del gran Bill Murray, cuyo personaje se pasa toda la película cachondeándose de la gente que lo rodea sin que esta llegue a darse cuenta, y con una constante cara de inexpresividad que ni en los momentos más terroríficos y peligrosos cambia. 

Pero aunque Murray sea el rey de la función, Dan Aykroyd y Harold Ramis (también guionistas del film) no se quedan atrás. 

Uno de los  mayores aciertos fue dotar a cada protagonista de una personalidad propia muy marcada y diferencia de las demás, y esto, nuevamente, nos lleva a las Tortugas Ninja, donde ocurría lo mismo. 

Y aunque parezca una coña racista, Ernie Hudson, quien dio vida a Winston, el cazafantasmas negro, es el que más pasa desapercibido a lo largo de las dos entregas. El que menos gracia hace y el que menos carisma tiene. Parece que está ahí de relleno, por cumplir, para que la película no recibiese acusaciones racistas.

Imagino que a estas alturas todos habéis visto este clásico ochentero, pero si habéis cometido el error de no verlo, hacedlo ya. ¡Ah! y no os olvidéis de su secuela, que aunque muchos digan que es mala, mienten.