Hace un par de años, M. Night
Shyamalan estrenó La Visita , una
película con la que parecía volver a recuperarse tras una racha de trabajos
mediocres.
Pero aunque La
Visita fuera un verdadero síntoma de mejora, seguía sin
ser una película a la altura de este director, quien tiempo atrás nos
sorprendió con grandes títulos como El
sexto sentido, El Protegido o Señales.
Pero ahora ha llegado Múltiple, y esta vez sí puedo decir con
seguridad que el mejor Shyamalan, el de los buenos tiempos, ha vuelto.
La historia en sí es de las que
atrapan desde el primer momento. Como viene siendo habitual en este director,
se nos van planteando incógnitas a lo largo del metraje que poco a poco van
siendo desveladas, en ocasiones de forma inesperada. Múltiple tiene la capacidad, no sólo de enganchar, sino de
sorprender.
El tema de la personalidad
múltiple está planteado de una forma tan espectacular como creíble y verosímil,
incluso cuando entra en terrenos que rozan la ciencia ficción. Llega un momento
en la película en que presenciamos un hecho imposible, pero Shyamalan ha ido
consiguiendo poco a poco que nos lo creamos sin rechistar.
Uno de los puntos más
interesantes de la trama reside en el juego mental que establecen las chicas
secuestradas con su captor, ya que él es enemigo y cómplice al mismo tiempo.
Todo depende de la personalidad dominante en ese momento.
No hace falta decir que el
trabajo de James McAvoy es sobresaliente y el que más destaca en la película a
pesar de que Anya Taylor-Joy también lo hace fenomenal. Pero lo de McAvoy está
a otro nivel. Es impresionante ver cómo cambia de registro según la
personalidad que se haya adueñado de él, ya sea un niño de nueve años, una
señora de corte conservador, un diseñador de ropa homosexual o un tipo
calculador, maniático y perfeccionista. Y luego está La Bestia , su personalidad más peligrosa y letal,
capaz de alterar no sólo la mente del villano, sino también su físico.
En la película no conocemos a
todas sus personalidades, pero sí a las que más juego dan.
Entre medias, Shyamalan se las
apaña para introducir una subtrama sobre maltrato infantil y pederastia. Este
elemento, sin demasiada importancia en un principio, acaba siendo decisivo. No
es la primera vez que este director juega a mostrar elementos aparentemente
intrascendentes que en el desenlace resultan de vital importancia (los vasos de
agua en Señales, por ejemplo).
Así que, como thriller de
secuestros con tintes psicológicos es una película impecable en la que todo
funciona como debe.
Pero luego llega la escena
postcréditos… y tenemos que entrar en terreno de SPOILERS, así que cuidado con
seguir leyendo a partir de aquí porque lo destripo todo.
Si hasta este punto Múltiple nos ha parecido una película
genial, lo que viene después nos hará saltar de alegría, especialmente (o en
exclusiva, mejor dicho) a los que somos fans de este director y, sobre todo, fans
de uno de sus mejores trabajos: El
Protegido.
En la escena postcréditos se nos
desvela que todo lo que hemos visto transcurre en el mismo universo que dicha
película. Shyamalan se ha guardado este sorprendente y demoledor as en la manga
hasta el último momento, y entonces, cuando bajamos las defensas y pensamos que
la función ha terminado, el tío se saca la chorra como pocas veces lo ha hecho
un director de cine.
La cuestión es que ahí tenemos a Bruce Willis otra
vez dando vida a David Dunn, el protagonista de El Protegido, ese superhéroe tan especial y verosímil.
En el televisor de una cafetería,
las noticias hablan del extraño secuestro y de su autor, a quien han apodado La Horda a raíz de conocerse su
extremo trastorno de personalidad múltiple.
Tres mujeres comentan que el caso
les recuerda a algo que ocurrió años atrás… Algo relacionado con un loco en
silla de ruedas de cuyo nombre no se acuerdan. Entonces Bruce Willis hace acto
de presencia y les refresca la memoria: DON CRISTAL.
Si no habéis visto El Protegido, todo esto os sonará a
chino y os importará un rábano, pero los fans de esa película hemos salido del
cine trastocados de alegría.
Es un broche de oro para una
película redonda, y al mismo tiempo una arriesgada decisión por parte del
director. Recordemos que El Protegido
tiene ya diecisiete años a sus espaldas, y para colmo no es una película
excesivamente conocida por el gran público, así que meter una referencia tan
brutal puede ser un arma de doble filo, pues la gran mayoría no entenderá esa
escena final clave. De hecho, he leído teorías absurdas fruto de la confusión,
como que Bruce Willis es McAvoy de mayor, que aún sigue suelto. Imaginad.
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