No ando demasiado sobrado de tiempo ahora que estamos en plena Semana Fascist... quiero decir, Semana Santa, así que he pensado (mentira, me lo han pedido. ¿Qué tal, Espe?) en hacer una entrada rápida sobre una de las películas que, no sólo están entre mis favoritas, sino que considero una de las mejores de la historia del cine. Me refiero a El club de la lucha, y habrá SPOILERS a saco, así que ojo con leer a partir de aquí los que no la hayáis visto.
Todos sabemos de qué va la cosa, ¿verdad? Todos sabemos que al final de la película descubrimos que ese carismático terrorista con el rostro de Brad Pitt no es más que un amigo imaginario del protagonista; un álter ego que representa todo lo que él no es: guapo, libre de ataduras materiales, extraordinario en la cama y con unas pelotas de acero.
La película está salpicada desde el inicio de sutiles pistas que nos dejan entrever que el protagonista está como un cencerro, pero es prácticamente imposible captar dichas pistas si no se ha visto la película al menos una vez. En otras palabras, El club de la lucha es de ésas películas que ganan con cada nuevo visionado. Y os lo digo yo, que la habré visto unas 10 veces y siempre encuentro algo nuevo, un matiz que había pasado por alto. Sin ir más lejos, antes de ayer me la zumbé otra vez y me di cuenta de algo en lo que nunca me había fijado.
Aquí os dejo todas las pistas que conozco:
Los créditos iniciales.
No es una pista decisiva, pero una vez que hemos visto la película podemos interpretar que el hecho de que comience con un plano secuencia que nos lleva desde el interior del cerebro del protagonista hasta el exterior, es, en cierta forma, un guiño hacia la naturaleza psicológica que impregna toda la historia.
El protagonista y Tyler Durden nunca hablan en presencia de más gente.
Porque son la misma persona, claro. Sería un poco extraño ver a tu líder manteniendo una conversación consigo mismo, ¿no? Aunque es verdad que en la escena del accidente de coche se ponen a hablar aún llevando como pasajeros a dos miembros del Proyecto Estragos. Ahí no sé deciros qué pasa...
La escena de los mafiosos.
Una de las pistas más geniales y ambiguas de la película. ¿Recordáis cuando Tyler Durden está dando uno de sus discursos y de repente hacen acto de presencia un mafiosillo y su matón para pedir explicaciones de por qué están usando su sótano sin permiso? La cosa es que Tyler se pone chulo y el mafioso le da de hostias hasta tumbarlo, entonces Edward Norton (que hasta el momento ha estado en segundo plano, apoyando el pared sin hacer nada) intenta ayudar, pero Tyler le hace un gesto como diciendo estate quieto y déjame hacer a mí.
El personaje de Brad Pitt es el álter ego valiente del de Edward Norton, pero no sería de extrañar que tras los fuertes puñetazos del mafioso, la parte débil intentara, al menos momentáneamente, aflorar para que dejaran de pegarle, de ahí que Norton haga el amago de actuar (de pedir clemencia), pero Tyler Durden (la parte fuerte) consigue permanecer imperturbable, por eso le hace el gesto con la mano a Norton, para que su personalidad débil y cobarde siga en segundo plano.
La escena con el jefe.
Una de las pistas más obvias tras haber visto la película; Norton va hablar con su jefe con la intención de chantajearlo, pero como ve que la cosa no va por buen camino, decide darse una paliza a sí mismo para culpar al jefe en caso de que éste no ceda. En un momento de la escena, la voz en off de Norton dice por alguna razón, me acordé de mi primera pelea con Tyler. ¡Pues claro que se acordó! Tyler es él mismo, de modo que en su primera pelea con Tyler, se estaba hostiando a sí mismo, exactamente igual que en el despacho de su jefe.
Imágenes subliminales.
El personaje de Edward Norton es un tío con insomnio y mucho tiempo libre, y eso te pasa factura. Si nos fijamos con atención, al principio de la película, antes de que él y Tyler se conozcan, en unas cuantas escenas se nos muestran apariciones subliminales de Tyler Durden que son casi imperceptibles para el ojo humano (duran un par de fotogramas). Es la forma que el director usa para decirnos que la cabeza del protagonista está haciendo catacrocker, y que algo muy chungo va a salir de ella. Su álter ego está gestándose y a punto de nacer.
PD: La sexta regla del club de la lucha es que se pelea sin camiseta ni zapatos, pero Bob, el gordo tetudo, lucha con la camiseta puesta.
Entendemos que es un error de guión, o quizá los miembros del club decidieron hacer una excepción para ahorrarse la desagradable experiencia de ver a un hombre con una 120 de pecho.
En la escena del coche cuando hablan los otros dos ponen miradas que yo interpreto como ''está hablando solo, está loco, pero es nuestro lider''
ResponderEliminarOstias, pues es verdad.
EliminarOtro cabo bien atado jeje
Que hayas encontrado todas estas pistas es señal de lo bien hecha que está la película. Muchas veces las películas con final sorpresa "hacen trampas2 o "engañan". Es decir, no sabían como terminar y le ponen un final "sorpresa" para epatar a la audiencia.
ResponderEliminarSolo añadiré una cosa a este punto: "Aunque es verdad que en la escena del accidente de coche se ponen a hablar aún llevando como pasajeros a dos miembros del Proyecto Estragos. Ahí no sé deciros qué pasa..."
Fíjate muy bien en las caras que ponen los pasajeros, como se miran entre sí y te darás cuenta de lo que pasa.
Pues sí, no es un final encasquetado para sorprender al espectador y que se vaya contento a la cama, sino que es un gran final que se va fraguando a lo largo de todo el metraje.
EliminarEn cuanto a la escena del coche, gracias a ti ya anónimo por explicarla. Lo cierto es que esas miradas lo explican todo.
Estoy de acuerdo con Raúl, en otras pelis los finales sorpresa son tramposos y están metidos con calzador, pero aquí no, se nota que está todo bien hilado y lo que dices, tiene un montón de detalles que no se aprecian con un solo visionado. Y esto lo sé porque lo sabe Tyler. ;D
ResponderEliminarExacto Einer. Nada más que añadir :)
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